Hemos tratado con anterioridad la forma en que el régimen del PRI y PAN se ha legitimado ante procesos electorales fraudulentos y antidemocráticos, y el gobierno de Peña Nieto no es la excepción, es el mejor alumno de esta vieja escuela de la simulación y la farsa.

Convocó a los partidos políticos y a sus dirigentes a participar en la redacción del Pacto por México, que tiene como objetivo hacer un paquete de reformas constitucionales y utilizar el Poder Legislativo como oficina de partes.

Los participantes de esta comparsa y simulación aprobaron impulsar un paquete de reformas constitucionales; el documento contiene acuerdos sobre cinco temas: “Sociedad de derechos; crecimiento económico, empleo y competitividad; seguridad y justicia; transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción; y gobernabilidad democrática.

Destaca crear la Gendarmería Nacional, que será cambiar el nombre de lo que era la Secretaría de Seguridad Pública (Federal) y con esta modificación ahora dependerá orgánicamente de la Secretaría de Gobernación, por eso el mote de la “súper secretaría”. Por lo que se está adecuando con estas facultades a la institución encargada de la política interna del país, a lo que se vivió en la llamada guerra sucia de los 70, cooptación o garrote a la oposición.

Asimismo, el documento señala aprobar reformas que permitan a Petróleos Mexicanos (Pemex) realizar “contratos de producción compartida o de riesgo” para “multiplicar la exploración y producción de hidrocarburos”. Lo anterior es el proyecto de privatización y privilegios para las grandes corporaciones extranjeras y nacionales. De Acción Nacional lo entiendo —porque Calderón realizó a medias una reforma privatizadora de Pemex—, pero del PRD...

El acuerdo incluye promesas de campaña de Enrique Peña Nieto, como establecer un seguro de desempleo y una pensión para adultos mayores de 65 años. Propuesta que surgió de la izquierda desde hace varios años, y que entonces fueron señaladas por el PRI y PAN como populistas. Ahora sus detractores se convierten en neopopulistas.

El pacto contempla propuestas del PAN, como la Cédula de Identidad Ciudadana y el Registro Nacional de Población. El PRD agenda en el documento temas como la licitación de cadenas de radio y televisión, la eliminación de los privilegios fiscales y convertir al Distrito Federal en el estado 32 de la república. Creo que serán monedas a cambio, y Enrique Peña Nieto somete con este acuerdo a los partidos.

Esta componenda de la clase política partidista omite la defensa de obreros, campesinos, indígenas y empresarios medianos y pequeños. Es un pacto en el cual los defensores de las reformas estructurales proponen políticas emergidas de la izquierda (populismo, según ellos), y éstos, a su vez se vuelven ahora defensores de las políticas neoliberales, que en su espíritu son privatizadoras y de una política fiscal de aumento de impuestos.

Morena no permitirá la privatización del sector energético y poner IVA a medicinas y alimentos. A eso tenemos que oponernos con todas nuestras fuerzas, porque es la única industria de la nación que genera la mayor participación de ingresos del país, y por otro lado la mayoría de los mexicanos no podemos sacrificar más nuestros ingresos para sostener un gobierno miope de la realidad y corrupto por naturaleza.

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Presidente estatal de Morena

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