Jaime Castillo, ha estado en las buenas y en las malas con la franquicia, desde su rol de dueño de una de ellas, directivo de marcas globales, hasta consultor en este modelo de negocio, y se las sabe de todas a todas.

Bien lo recuerdo cuando eligió a la ciudad de Querétaro para lanzar su propuesta Grúas Gorilas, innovó en la franquicia, al abrir un nuevo giro de servicios. Pero la cerrazón del monopolio en el arrastre de vehículos impidió todo desarrollo de un concepto que cinco años atrás.

Sin embargo, no bajó la guardia, recorrió ferias y expos de franquicias, seguro para no dejar de sumar, de aprender y ahí su nobleza y sencillez. Logró la responsabilidad de llevar el desarrollo de una marca global en reparación automotriz.

Apenas iniciaba el 2019, sin saberlo año pre pandemia, y Castillo Zetina, como buen amigo en el sector, atendía al dueño de una marca que enfrentaba una situación creciente de no pago de regalías de sus inversionistas o franquiciatarios. “Me preguntaba si conocíamos un abogado para cancelar algunas de sus franquicias”.

Sin proponerse quizás el rol de “arbitro” para reconciliar y arreglar lo que muchos comparan con un matrimonio, la relación entre un franquiciante y un franquiciatario, este incansable profesional resolvió comenzar su servicio de “fix franchise” arreglo de franquicias, dentro de su consultoría Inciatus Franquicias, que levantó desde el año 2012.

¡Y vaya decisión! La restauración de intereses, compromisos y acuerdos, se tomó en plena tragedia sanitaria y económica cuando los líos se acrecentaron en torno a las sucursales de las franquicias.

Franquicitarios suspendieron pago de regalías acordadas; las marcas se vieron obligadas a reducir equipos de colaboradores, con ello, se afectó su asistencia técnica, también la proveeduría, y en contrasentido, los inversionistas acusaron abandono de las franquicias en que creyeron.

¿Que aceptación a tenido este servicio por parte del sector?

“En principio los franquiciantes se muestran sorprendidos y muy escépticos, les preocupa cómo se manejen las cosas; sin embargo, a través de una estrategia del tipo “ontológica” o de establecer ¿el cómo están las cosas? los invitamos a reflexionar que nada peor el que se hable mal de su marca”.

¡Sólo hay algo peor para una marca! ¿Cuál es la otra?

“Que un socio tuyo hable mal de su propia marca, recordemos de alguna manera los franquiciatarios son socios comerciales de las marcas y sino están satisfechos van hablar mal de ellas, de no apegarse a estándares y en consecuencia, maltratar a sus clientes.

“Buscamos y solicitamos una oportunidad a las partes, exponemos los beneficios de una intervención equitativa y encauzar la relación, y más rápido de lo que te imaginas, conseguimos los puntos de insatisfacción que casi siempre son mal interpretaciones o falta de comunicación”.

Jaime Castillo nos reveló este dato, el 80% de los franquiciatarios o quienes adquieren una franquicia dejan de pagar sus regalías por insatisfacción con la marca en la que invirtieron y el otro 20% porque sencillamente ya no pudieron. 
Mucha labor le espera a este ombudsman de las franquicias  y de quienes creen en ellas.

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