LA MÚSICA CLÁSICA: ISAAC ALBÉNIZ En nuestra entrega anterior, nos referimos a un gran compositor y pianista español: Enrique Granados; continuaremos ahora con el estudio de otro gran compositor ibérico, Isaac Albéniz, Hay muchos paralelismos entre estos dos compositores: los dos fueron amigos y pianistas; los dos fueron grandiosos; nacieron y murieron casi al mismo tiempo, con sólo 7 años de diferencia; vivieron el mismo número de años, 49, razón por la cual los estudiamos de manera consecutiva. Isaac Manuel Francisco Albéniz y Pascual nació en Camprodón, Gerona, España, en mayo de 1860 y murió en Cambo-les-Bains, Francia, en mayo de 1909. Albéniz fue un niño prodigio y, como Granados, llegó a ser un célebre compositor y pianista. Debutó como concertista de piano, con gran éxito, apenas a los cuatro años de edad. Después de varias y fatigosas giras, que lo llevaron a Francia, Inglaterra y a Centroamérica, se concentró en su carrera de estudios musicales en Bélgica con una beca que recibió del rey Alfonso XII de España. Entró al Conservatorio de Bruselas en 1876, graduándose en 1879 con un primer premio en piano. Regresó a España para establecerse como un virtuoso pianista y empezó a componer y a dirigir. En 1883 se estableció en Barcelona, donde estudió composición con Felipe Pedrell y donde se casó con Rosa Jordana y Lagarriga, con quién tuvo 3 hijos. Albéniz fue un compositor muy variado y prolífico. Compuso obras sinfónicas, entre las que destacan las versiones orquestales de sus Suites Iberia y Suite Española; el concierto para piano y orquesta; música de cámara, dúos, tríos y cuartetos de cuerda; música para piano, su principal contribución a la música, en la que destacan de manera sobresaliente sus dos suites Española para piano: la 1ª Op. 47 y la 2ª Op. 97, la Suite Iberia arriba mencionada con sus 12 nouvelles impresions, la Suite Navarra, y Azulejos, completada por su amigo Enrique Granados. Además, compuso música escénica, con 4 zarzuelas, 5 óperas y un opereta; música vocal, con 12 piezas para voz y piano; y música coral. Sin embargo, Albéniz es universalmente conocido por su Suite Iberia, sobre cuyos temas Carlos Saura realizó una encantadora película con las luminarias españolas del flamenco Sara Baras y Estrella Morente. Pero la versión más celebrada es la de piano con la incomparable pianista catalana Alicia de Larrocha. Mención especial merece también las transcripciones a guitarra ‘Ecos de España’ sobre temas de la Suite Española, interpretados magistralmente por el guitarrista australiano radicado en Londres John Williams. Andrés Segovia lo calificó como ‘el príncipe de la guitarra’ y hoy en día es considerado por la comunidad de guitarra clásica como uno de los mejores del mundo Pocos días antes de su muerte, fue a visitarlo su gran amigo, coetáneo y coterráneo Enrique Granados. Albéniz le pidió que le tocara algo al piano y éste interpretó su obra "La maja y el Ruiseñor" (entonces inédita), cuando de repente tocó la barcarola "Mallorca", obra compuesta por Albéniz en un viaje que hicieron a las Islas Baleares. Albéniz moriría días después, antes de que el gobierno francés le entregara la Gran Cruz de la Legión de Honor a petición de otros destacados pianistas como Fauré, Debussy o el mismo Granados. A la muerte de Albéniz, Rosina le pidió a su gran amigo Granados que terminase la última obra de su difunto esposo ‘Azulejos’. Granados la terminó de forma impecable de tal manera que resulta muy difícil distinguir donde acaba Albéniz y donde empieza Granados. *Diplomático queretano; diletante de la música clásica. Twitter: @fgcossio

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