Ayer, por fin, se dio a conocer al público la totalidad del reporte de la investigación realizada por el fiscal especial, Robert Mueller, en relación a la "trama rusa", es decir, a la investigación hacia el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por posibles lazos con altos funcionarios rusos durante las elecciones presidenciales de 2016. Había sido entregado hace unas semanas al Congreso estadounidense para su revisión, y ahora es de dominio público. ¿Qué impacto tiene esto en los ciudadanos?

Cuando Mueller entregó el reporte hace dos semanas, sólo se supo que dictó que no había suficientes pruebas para determinar que Trump había coludido con altos funcionarios rusos en las elecciones de 2016, lo que significó una derrota para la oposición, liderada por Nancy Pelosi, y una enorme victoria para el presidente; sin embargo, Mueller apuntó sólidamente que este reporte no eximía al mandatario de otro cargo que se le investigaba: obstrucción de la información, cuya penalización es severa, justo como le sucedió a algunos colaboradores de Trump que al final fueron aprehendidos, como a Michael Cohen quien, a sabiendas del problema mayúsculo en el que se estaba adentrando, decidió revelar que con tal de proteger a él y al presidente, había mentido en los interrogatorios. Actualmente Cohen se encuentra sentenciado.

Ahora, ¿qué impacto tiene este reporte ahora público? Cuando sólo se conocía que no hubía pruebas contundentes de la colusión de Trump con Rusia, la victoria era enorme para él, y así lo hizo notar. No obstante, ahora que se puede revisar página por página el reporte, podemos notar la limitada cooperación del mandatario Republicano en la investigación. En los interrogatorios mostrados frecuentemente responde con un "No tengo conocimiento de...", o un "No recuerdo...", o un "No tengo recuerdo de...", que son simples formas para eludir la situación, esto es, dice desconocer y no poseer información que le preguntan, y al mismo tiempo no niega o afirma determinada declaración que le increpan, lo que funciona como un escudo porque al no aceptar o negar algo no se le puede actuar legalmente con respecto a tal o cual declaración. Es una práctica ruin y cobarde, y después de todo no se consigue lo que se busca en la investigación: no menciona lo que realmente sabe.

Entonces, si él desde hace un par de años al menos ha señalado que está limpio y que esta investigación en su contra es una "cacería de brujas" llevada a cabo por la oposición, ¿por qué no dice lo que realmente sabe? Bien dice el dicho, "si nada sabes, nada temes". Claro, ante el hecho de que no hay evidencia contundente de un comportamiento ilegal, se le puede dar el beneficio de la duda, pero eso que lo crea un ingenuo, es decir, fue él mismo quien declaró que haber puesto a Mueller como fiscal especial fue el error que lo devastó.

El impacto que tiene este reporte ahora que es de dominio público es trascendental: el ciudadano, simpatizante o no de Trump, podrá ver la evidencia de su falta de seriedad ante la investigación que se le hace. Una vez más: si está limpio, como asegura estar, ¿qué miedo tendría de decir la verdad? Mientras sean peras o sean manzanas, el público ya se ha manifestado. Hace unas semanas en este columna "Procesos del Poder", señalé a Bernie Sanders como una figura política de gran peso que sin duda podrá hacerle frente a Trump en 2020, y hoy en día hay encuestas (como la de FOX News) que ponen a Sanders con 47% del apoyo popular, mientras que el actual mandatario consigue apenas 40%. Desde luego, estos datos pueden cambiar en los siguientes meses, todo dependerá de los aciertos y errores que tengan ambos personajes, pero sobre todo de Trump quien, como presidente, tiene la gran responsabilidad de actuar de manera correcta, pues el error que tenga él será más castigado que el de sus contrincantes.

Escritor, historiador e internacionalista. @NielsRosasV

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