En el artículo anterior se señaló que entre los inconvenientes del modelo de transporte urbano actual que ha favorecido el uso del automóvil particular, destacan la contaminación de la atmósfera, el consumo excesivo de energía, daños a la salud de la población, la saturación de las vialidades y en consecuencia afectaciones a la calidad de vida. Hoy en día, ante las circunstancias tan difíciles que vive nuestra Zona Metropolitana de Querétaro, se ha venido generando una voluntad colectiva por encontrar alternativas que ayuden a paliar los efectos negativos de este modelo y a implementar el nuevo modelo de ciudad sostenible.

Hemos advertido la gran responsabilidad del gobierno estatal y de los municipales involucrados por brindar una respuesta inteligente, avanzada, con visión sensata del presente y del futuro, que garantice la adecuada movilidad y calidad de vida. Una de las principales propensiones en el mundo, son los programas de movilidad. Los cuales pretenden mejorar el nivel de vida de las personas.

Las políticas para el modelo que se requiere deben cumplir con varios objetivos relacionados con la movilidad, entre otros, el transporte eficiente, seguridad en los traslados, integración social de la población, cuidado del medio ambiente y en consecuencia de la salud de los habitantes, así como productividad y ahorro de energía.

Uno de los principales problemas en la Zona Metropolitana de Querétaro, incluso en San Juan del Río y en casi todas las ciudades de nuestro país, es la mala calidad de las calles y la deficiente movilidad; un vehículo que es obligado a desacelerar y acelerar frecuentemente, produce mayor contaminación por ruido y por emisiones a la atmósfera de partículas y gases que uno que puede circular a una velocidad constante.

En Reino Unido se ha identificado a los topes como un problema grave y se han buscado alternativas como parte de su estrategia para la calidad del aire. Desacelerar y luego acelerar incrementa el tráfico considerablemente en horas pico, crea un efecto onda expansiva que llega a saturar las vialidades a lo largo de varios kilómetros. En un estudio realizado por la American Heart Association y por ingenieros expertos en estadística, se demostró que por cada vida que las medidas de reducción de velocidad salven, pondrán en peligro 85 vidas más.

Los gobiernos deciden poner topes porque la gente no hace caso de los reglamentos y en ocasiones explican que estas medidas representan una manera de calmar las peticiones de la población, sin embargo esto se hace sin ningún estudio de factibilidad y norma que determine el ángulo de inclinación, la altura y la distancia entre una medida y otra.

Es cierto que la ciudadanía tiene también una enorme responsabilidad para coadyuvar a que la infraestructura funcione bien, se requiere de cultura por parte de los automovilistas, así como de parte de los peatones; una cultura que respete los reglamentos de tránsito.

Apliquemos la nueva jerarquía que pone al peatón como prioridad, pero que el peatón también asuma sus responsabilidades.

En nuestra Zona Metropolitana de Querétaro se han tenido mejoras en la infraestructura vial, pueden destacarse el libramiento Sur Poniente (que acusa defectos en su drenaje y deterioro en su pavimento) y el Junípero Serra, desafortunadamente estas obras tienen apenas dos carriles de cada lado, no serán capaces de dar respuesta a las necesidades; de manera acelerada están siendo colmadas por las exigencias de un cúmulo de desarrollos inmobiliarios y escuelas que cada día incluyen mayor número de vehículos circulando y a la vez transeúntes que requieren cruzarlas, pero no disponen de pasos peatonales, lo cual los pone en grave riesgo.

Cada día se va acentuando más la creciente saturación de tan relevantes vialidades, las que a su vez están relacionadas con la dispersión de nuestra Zona Metropolitana de Querétaro.

Ex Rector de la UAQzepeda@uaq.mx

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