El pasado 1 de enero arrancó la venta de marihuana con fines recreativos en California, EU, y en tan sólo unos cuantos días este hecho ya nos brindó algunas lecciones, entre ellas las siguientes:

1.—Las personas prefieren comprar marihuana a producirla, por lo que al hacerla más accesible se prevé un incremento en el consumo. Es importante tener presente que desde hace tiempo el cultivo de marihuana para uso médico y personal está permitido en California. Quienes se registraban con su respectiva receta médica que, por cierto, era muy fácil de obtener, podían cultivar hasta seis plantas, y con ellas producir la marihuana que supuestamente requerían. Sin embargo, fueron muchas más las personas que consumían marihuana, supuestamente con fines medicinales, comprada en el mercado ilegal que quienes se registraron y la cultivaron. Esto mismo ocurrió en el estado de Colorado, antes que se autorizara la venta con fines medicinales, se tenían registrados a más o menos 5 mil enfermos que cultivaban su propia marihuana, apenas se autorizó la venta el número de enfermos registrados creció a 100 mil.

2.—Las personas están dispuestas a pagar sustancialmente más por marihuana segura y de mayor calidad. El periódico EL UNIVERSAL da a conocer el testimonio de “Roberto”, un habitante de Tijuana, quien manifiesta que cruzó la frontera para comprar un par de gramos de marihuana en San Diego y por la que pago el doble de lo que normalmente pagaba en su ciudad (sanluis.eluniversal.com .mx/mundo/06-01-2018/ la-inversa-mexicanos-ahora-traen-marihuana-de-california).

3.—La venta legal de marihuana para fines recreativos recurrirá a la mercadotecnia para incrementar el volumen de consumo y por ende las utilidades. Esto se desprende de la experiencia de “Roberto” (mencionado en el punto anterior) cuando señala que en su primera compra le regalaron una pipa para fumar marihuana.

4.—Los dispensarios autorizados ofrecen diversas variedades de la droga, lo que sin duda invitará a los consumidores a probar todas ellas elevando, así el volumen a consumir.

Las lecciones mencionadas deberán ser analizadas a profundidad y con mucha responsabilidad, sin filias ni fobias, sin prejuicios y sin pretender pseudoposicionarse como una persona “cool, progre, open mind, etc” ya que las conclusiones que se obtengan y las decisiones, que de ellas se deriven, tendrán, sin duda, un gran impacto en la salud y en la seguridad de las personas. Entre las preguntas que nos tenemos que hacer están las siguientes:

Con respecto a la producción: ¿los “productores nacionales” importarán las semillas de variedades mejoradas (plantas con una mayor concentración de THC —elemento activo de la droga—)? ¿El contrabando de marihuana de México hacia los EU se invertirá y ahora será de allá para acá? Los millones de dólares que se requerirán para la compra de la droga, ¿de dónde saldrán? ¿Provocarán una devaluación? ¿En qué medida el cultivo legal y su comercialización disparará el consumo al hacer la droga más accesible?

Con respecto al consumo: ¿La mercadotecnia sin duda logrará disminuir aún más la percepción de riesgo, sobre todo en los menores de edad, y por ende estos serán atraídos por “el consumo experimental”? ¿Cuántos serán los millones de menores de edad que generarán una adicción? ¿Cuántos de ellos transitarán al consumo de otras drogas ilegales como las drogas de diseño? En este sentido, es importante tener presente lo señalado en la “Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017” que señala como uno de los factores que dispararon el consumo de marihuana por parte de los menores de edad (12 a 17 años, cuadro TED28) a la disminución de la percepción de riesgo por el consumo, ya que este paso del 1.2% en el 2008 al 2.6% en el 2016 a nivel nacional (¡más del doble!). En el caso del estado de Querétaro, el crecimiento fue terrible, pasamos del 0.6% en 2008 al 4.4% en el 2016 (¡se multiplicó por 7!).

Por lo anterior, se hace indispensable asumir e impulsar dos acciones. La primera es observar con detenimiento cuáles son los resultados que obtienen los estados de la Unión Americana que ya legalizaron el consumo recreativo de la marihuana.

Segundo, reforzar las acciones de prevención de adicciones. Es imperativo que las personas y sobre todo los menores de edad se concienticen sobre las consecuencias y riesgos de consumir marihuana. Informarse no basta, se requiere de la concientización que deriva de una reflexión seria y responsable, partiendo desde luego de información verídica y con sustento científico.

Comisionado del CECA.

@TAMBORREL.mx

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