Arturo Escobar dice que el hecho de regalar a Morena diputados para que tengan el poder absoluto es un asunto por el bien de los niños.

Negocio, dice, con Mario Delgado para que la atención a niños con cáncer sea una prioridad en el próximo gobierno y, obviamente, en el próximo presupuesto.

Dudo que, de ser verdad, alguien se lo aplauda o, de menos, se lo reconozca: será una medalla para Morena.

Pero Morena dice que no hubo negociación, los del Verde llegaron convencidos de la cuarta transformación y ya. Fácil. Sin trámite. La convicción, ¿del Verde?, por encima de todo.

El hecho de que todo se diera casi al mismo tiempo que la pifia de la licencia de Manuel Velasco en una inédita segunda votación en el Senado ha sido, dicen ambas partes, una curiosa coincidencia.

Legisladores de Morena como Nestora Salgado o Gerardo Fernández Noroña se lamentan de algo que consideran una decisión de las cúpulas, cosa rara que ambos coincidan con la mayoría ¡del PAN!

Si esto fue por los niños, ¡enhorabuena!, ¿quien cree eso?, ¿será entonces que Morena había olvidado a los niños con cáncer?, ¿la 4t los dejó atrás y gracias al PVEM que cedió al poder absoluto fueron rescatados?, ¿tan mezquinos?, ¿es el Verde el prócer de la oncología infantil en el país?, ¿les levantamos un monumento?

Supongo, entonces, que la amistad de Ricardo Monreal con Manuel Velasco, evidenciada en la llamada telefónica filtrada donde el gobernador de Chiapas aboga por las colaboradoras detenidas del coordinador de Morena en el Senado no tuvo nada que ver.

Votaron en contra y después a favor. Es de sabios cambiar de opinión ¡que nadie lo dude!

Pero, al final, Arturo Escobar es contundente: ¿que es lo grave de todo esto?

Nada grave… Solamente, agudo.

Y, ahora, hay redes que defienden a Manuel Velasco.

Algo no estoy entendiendo.

DE COLOFÓN.— ¿Alguien le preguntó al Ejército si quieren ser policías, así, nada más, por decreto?

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