La población en nuestro país continúa siendo predominantemente joven. De acuerdo a la última Encuesta Intercensal del Inegi,  25.7% de la población en México es millennial, es decir, 30.6 millones de habitantes se encuentran en el rango de 15 a 29 años.

En Querétaro, la población joven económicamente activa supera los 244 mil y de ellos,  44% se encuentra en el empleo informal, es decir, que no reciben un salario como tal, sino están a base de comisiones, honorarios y/o propinas*.

En este sentido, mucho se critica sobre la generación Millennial y los puntos negativos que les rodean: la falta de compromiso, la búsqueda constante de experiencias, la mente volátil y creativa que les caracteriza. En fin.

Pero, ¿qué pasa cuando estas características se desplazan al ámbito laboral? El resultado es un perfil que resuelve, que es práctico, que tiene la habilidad de aprender muchas cosas en periodos de tiempo cortos y que, además, quiere ser parte del sistema para lograr cambiar el sistema.

¿Cómo? Forzando a las empresas y empleadores a dar respuesta a las necesidades de estos perfiles. Hay tres puntos clave que los empleadores deben saber de los jóvenes de hoy:

La primera es que vivimos en un mundo de tecnologías de la información. Es decir, estamos acostumbrados a mensajes y respuestas inmediatas, así como a un veloz grado de resolución a las cosas. Algo que no reflejan los procesos de selección actuales.

La segunda, es que buscamos un rápido desarrollo de una carrera laboral. Conociendo nuestras capacidades, sabemos que podemos avanzar más rápido y mejor cuando se nos da la oportunidad de aportar y demostrar que somos responsables. Finalmente, y probablemente una de las cosas más incomprendidas: la exigencia de horarios flexibles. La Industria 4.0 ha venido a revolucionar las cosas y la manera de hacerlas, es decir, resolvemos más en menos tiempo.

La oferta laboral y el mundo de la tecnología nos están haciendo más diversificados y productivos. El reto está en que las empresas ofrezcan las condiciones laborales pertinentes a los jóvenes. Lo que se conoce como High Maintenance y High Performance, es decir, existe una mejor respuesta productiva cuando las prestaciones laborales son altas.

Bajo este esquema, la crítica de repente se torna hacia ambos sentidos: entender a los millennials o entender a las empresas. La máxima, es trabajar en conjunto para resolver las necesidades de ambas partes no sólo porque es lo mejor, sino porque es la resolución que el mismo sistema está imponiendo.

Secretario de la Juventud
*ENOE, primer trimestre 2018.

Google News