A las 10 de la mañana con 9 minutos de aquel 20 de diciembre, Justine Sacco, directora de relaciones públicas de InterActiveCorp (IAC), envió un tuit.

“Yéndome a África. Espero no contraer SIDA. Solo bromeando. ¡Soy blanca!”

La rubia Justine estaba en la sala de espera del aeropuerto de Londres, matando el tiempo mientras se anunciaba el abordaje de su vuelo a Cape Town, Sudáfrica. 15 minutos después abordaba el avión.

Tenía entonces 200 seguidores, uno de los cuales reenvió distraídamente el tuit al editor de Valleywag, Sam Biddle, que le dio retuit con un comentario levemente irónico.

“Y ahora, un chistecito de Navidad de una directora de relaciones públicas.”

Era un viernes lento, la historia de la matanza en una escuela primaria de Ohio se había apaciguado ya, y por eso otros periodistas empezaron a circular el tuit de Justine, y las reacciones al tuit lentamente mutaron de la perplejidad a la indignación y luego al odio. Baekwon (@AlexDa_Great) escribió:

“Justine Sacco debe ser despedida.... y contraer SIDA.”

Y unos minutos más tarde Miranda (@gimyweasley) escribió:

“De hecho espero que Justine Sacco contraiga SIDA. Ja ja ja.“

2 horas más tarde la historia alcanzaba el décimo lugar de los Trending Topics en Norteamérica y varias personas entraron a la cuenta de Justine para retuitear otros de sus antiguos tuits. Tuits con el mismo humor fallido. Lorcan Roche Kelly (@LorcanRK) tuiteó:

“Recuerdo un tiempo cuando podías ser absolutamente estúpido sin que lo supiera el planeta entero.”

Ese tuit fue profético. A las 4:00 de la tarde el tuit original había cruzado el océano y era Trending Topic en Sudáfrica; a las 5:30 de la tarde recibió otro impulso, cuando @GoodGirlRoxy de Miami, creó el hashtag #YaAterrizóJustine?; y a las 7:33 de la tarde, ya enmarcado con ese hashtag, se volvió número uno entre los Trending Topics mundiales.

No, Justine Sacco todavía no aterrizaba. Seguía recostada en un sillón de avión, las piernas estiradas, mientras el mundo entero (es un decir: el mundo entero de Tuiter) esperaba que aterrizara, para poder verle el rostro y conocer su réplica a las críticas. Kieran Healy (@kjhealy) escribió:

“No creo que la Humanidad haya esperado un aterrizaje con tanta emoción desde que Apollo 13 reentró la atmósfera de la Tierra en 1970.” #YaAterrizóJustine?

Diane Alston(@dianelyssa) confesó:

“Estoy rastreando por Google Maps el vuelo de la mujer que hizo el chiste racista, así que no, no puedo llegar a tu fiesta.” #YaAterrizóJustine?

Cuando Sacco salió a la sala de migración del aeropuerto de Cape Town, a las 11:20 de la noche, se sorprendió de los flashes que sucesivamente iluminaron su rostro desvelado. ¿Con qué celebridad la confundían?

En el taxi encendió su celular y se asomó a su pantalla. Fue caer en el abismo. Su nombre había sido retuiteado 30 mil veces y el hashtag 100 mil. Era la persona más odiada del mundo y en su correo la esperaba la carta con que su compañía la despedía.

Desde ese lejano 2013, la noosfera, la red de mensajes de internet que envuelve como un capullo al planeta, se ha vuelto más tupida y el contenido de los mensajes se ha vuelto más violento. Tal vez por eso Justine está de nuevo a la cabeza de las relaciones públicas del InterActiveCorp. Lo que es seguro es que ya no tuitea chistes.

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