Hace dos semanas, en este mismo espacio hablamos de la película Indestructible; hoy, después de haberla visto en el cine, reitero mi recomendación. Son más de dos horas de sufrimiento y angustia porque te muestran la crueldad de la guerra y la miseria humana, pero vale la pena. Bien por Angelina Jolie que nos ofrece una impecable dirección de una producción cinematográfica muy bien hecha, la cual seguramente un día se convertirá en un clásico del cine bélico.

Nuestro tema ahora tampoco es fácil. Tuve  la oportunidad de ver esta semana en video, Bajo la Misma Estrella, un filme dirigido por Josh Boone, Gabriel García y Michelle Perdomo, basado en el libro The fault in our stars de  John Green.

La trama es acerca de un chico, Augustus Waters (Ansel Elgort) y una chica, Hazel Lancaster (Shailene Woodley) que se conocen en un grupo de ayuda a enfermos terminales y desarrollan una relación peculiar. Ansel y Shailene ya habían sido compañeros en Divergente, película basada en la serie de novelas de Verónica Roth.

Desde el primer amor adolescente mal logrado en el Renacimiento español, La tragicomedia de Calisto y Melibea (mejor conocida como La Celestina) de Fernando de Rojas, pasando por la época isabelina con la tan famosa obra Romeo y Julieta de William Shakespeare, creo que más de uno hemos esperado que un milagro salve a los dos enamorados jovencitos; quizá que un mago perdido aún de la Edad Media blanco, gris, o  del color que sea como los del Hobbit, venga a rescatarlos de ellos mismos, pero esto nunca pasa. En La falla en nuestras estrellas (traducción literal de The fault in our stars), los personajes en cambio son mucho más actuales, más reales y cercanos a nuestro día a día en este siglo XXI y no necesitan ser salvados por un caballero andante.

Estos muchachos de  padres comprensivos y que poseen el gusto por la lectura, se nos presentan con una gran madurez, lo mismo que con una sensibilidad extraordinaria, por lo que sin duda logran cautivarnos. Pero no es la finalidad  hablar aquí de asuntos tan complejos como la muerte, el cáncer o los sueños y anhelos de algunos jóvenes que no podrán jamás cumplir.

Bajo la misma estrella es de esos films que después de verlos te dejan optimista pensando: “si ellos pueden, yo puedo” y al mismo tiempo pesimista: “qué jodida es la vida”.

Al final de cuentas lo que nos ocupa en esta columna es la literatura en el cine, mencionemos pues que a los propios protagonistas,  la inteligente Hazel Grace y el siempre sonriente Gus, lo que los inspira a vivir una fabulosa aventura, es un libro. Eso es, querido lector, lo que me parece sumamente interesante; el hecho de que un libro, una película, una pintura, una pieza musical o cualquier obra de arte sea motivación. Es verdad que con el arte no podemos cambiar la justicia de Dios (o como sea que cada quien lo llame), ni mejorar la del hombre, pero sí dar una herramienta para reflexionar y quizá en algún momento actuar con mayores valores.

Para concluir y no quedarnos con este ambiente tan filosófico, quiero compartirles que también esta semana vi en video Los indestructibles 3. Definitivamente  aunque esto no tiene nada que ver con libros, si he de decir que Stallone tiene su mérito por irse superando a sí mismo, porque si la primera de estas cintas fue mala, la segunda fue peor y la tercera es pésima. Que por qué las he visto, pues porque aun cuando aprendió a ver  cine con Rodolfo Valentino y ha visto desfilar por la pantalla a generaciones de actores mexicanos, americanos y de otros países, a mi abuela  de 85 años le gustan las de acción.

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