El pasado jueves 15 de septiembre se efectuó el Grito de Independencia en todas las entidades federativas del país. Es una tradición y un acto cívico que encabezan los titulares del Poder Ejecutivo de cada estado, además de hacerlo el mismo Presidente de México a nivel nacional. ¿Cómo se vivió esta icónica celebración y qué impacto tienen los discursos ofrecidos?

El Grito de Independencia es la celebración más importante de México en muchas cuestiones. Se trata de un evento emblemático para nuestra historia como país libre y soberano, pero también para la identidad como mexicanos. Además del festejo, la celebración y el evento en general que, nuevamente, resulta memorable, al final de cuentas el contenido de los discursos en los gritos de independencia fue un foco de atención y de análisis político. Es cierto que el acto lleva consigo algunas partes que son inamovibles en cada conmemoración, como vitorear a los héroes y heroínas que jugaron un papel determinante en el movimiento independentista de 1810.

Sin embargo, los titulares del Ejecutivo en las entidades federativas del país añaden algunas partes para vitorear en los gritos de independencia. Estas partes evidencian un mensaje y una intención que los emisores del grito quieren ofrecer a la audiencia inmediata, pero también a la posterior, como puede ser la población en general y los políticos. En este caso, por ejemplo, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, culminaron su intervención con interesantes declaraciones para todo México.

En el caso del mandatario, al final de su grito de independencia intercambió los icónicos “viva” por unos inusuales “muera”. “Muera la corrupción”, “muera el clasismo” y “muera el racismo” fueron las palabras de López Obrador. Sin duda, aminorar y erradicar esos tres actos es impostergable en México, puesto que nos han afectado mucho como sociedad. En el caso del gobernador de Querétaro, en una parte de su intervención en el Grito de Independencia vitoreó “viva nuestra democracia” y “viva la tolerancia y el respeto”. En ambos gritos de independencia se pudo apreciar en dónde los líderes colocaron el acento y el tipo de mensaje que mandaron a la audiencia, sean seguidores de ellos o no.

Eliminar la corrupción ha sido una promesa de López Obrador desde antes de asumir la Presidencia de México. A casi cuatro años de gobierno, los resultados en este rubro son ciertamente cuestionables. Que se haya mencionado a la corrupción en el grito tiene por efecto aumentar la narrativa de su administración en ese aspecto, pero para ser francos, eso no cambia la realidad del país o del mismo gobierno.

En el segundo mensaje es clara su intención por abogar por la situación actual política de México. Una verdadera práctica democrática es respetar, tolerar y aceptar que las diferencias son válidas. En una democracia coexisten diferentes formas de pensar e imponer una sobre otra es una práctica a todas luces autoritaria.

Es importante recalcar —y esto es crucial para nuestra democracia que lo tenga claro todo el país— que verdaderas prácticas democráticas no son dividir a las personas o condenar formas diferentes de pensar, sino trabajar en conjunto para llegar a puntos medios y así vivir en armonía. Hay que seguir aprendiendo a coexistir en las diferencias por el bien de la democracia de México.

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