En democracia, la oposición es valiosa porque puede hacer que el gobierno en turno corrija el rumbo. Pero esto no se logra automáticamente. Hay que asegurar que haya una competencia real, que la o el opositor asuman su papel como tal, y que el político en el poder sepa reflexionar. En cambio, al tratar de anular al contrario no solo se daña la democracia, sino que también se pierde la oportunidad de rectificar.

“Montarse en su macho” genera ineficiencia en las tareas del gobierno y si esto lo percibe y experimenta la gente que vive en democracia, el voto se puede dividir. Por eso, es importante comentar aquí las propuestas de los distintos candidatos a la gubernatura de Querétaro en materia educativa para que los lectores se formen su propia opinión.

Contrario a la primera semana de campaña, las propuestas de Celia Maya, candidata de Morena, para el sector educativo ya empiezan a aparecer, aunque uno tiene que hacer “arqueología” para identificarlas. Raro. Siendo ella la candidata de oposición al gobierno de Acción Nacional (2015-2021), uno esperaría que se asumiera como tal y entonces cuestionara frontal y fundadamente la gestión de éste. ¿O aquí también hay pacto?

Al gobernar se cometen tanto aciertos como errores, por lo tanto, los ciudadanos esperaríamos que la oposición resaltara ambos pero, claro, en mayor grado los segundos. Un programa mal dirigido, malos manejos probados, el retroceso en algún aspecto social medido por indicadores confiables o una promesa de campaña incumplida son material para cualquier buen opositor. Este papel, desafortunadamente, no lo ha desempeñado Celia Maya. No se ha atrevido aún a cuestionar, por ejemplo, porqué no se le han otorgado a la Universidad Autónoma de Querétaro - de donde egresó la ex magistrada -, los recursos que el actual gobernador prometió.

En un programa de Diálogos Ciudadanos con jóvenes universitarios, se le preguntó a la candidata de Morena qué haría para apoyar a las personas que por falta de recursos, y a raíz de la pandemia, habían abandonado la escuela y la respuesta de la candidata de Morena nunca llegó. Ahí, “la izquierda” no se diferenció sustancialmente de su competidor de Acción Nacional cuando propuso – “de botepronto” - “hablar” con las universidades y con las empresas para que los jóvenes puedan insertarse “exitosamente” en el mercado laboral. Es evidente que desconoce cómo operan programas como el de estadías de las universidades tecnológicas, el de estancias de las politécnicas o el de prácticas profesionales en la UAQ, los cuales, pese a sus logros, siguen siendo limitados porque hay problemas del mercado laboral que las universidades simplemente no pueden resolver por sí solas.

Otro tema que apareció recientemente en la agenda de Celia Maya fue lo concerniente a ciencia y tecnología. Proponer cosas como “apoyar la investigación”, mete a la candidata en problemas debido la manera con que ha actuado Morena a escala nacional. Verticalidad, recortes presupuestales y desconfianza han causado conflictos con la comunidad científica y académica del país. Gobierno y oposición son, finalmente, partes de un todo que terminan por complementarse.

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