Sólo para “mantener lo que no ha sido terminado”, en el 2014 se invirtieron 12 millones de pesos más en el polémico edificio de los Estudios Churubusco, corazón de la llamada Ciudad del Cine Mexicano.
Pero hará falta más, mucho más dinero y tiempo para terminar el proyecto, luego de que el despacho Colinas de Buen SA de CV fuera asignado para hacer un estudio estructural y determinó que había fallas en el edificio “a nivel de los planos”.
“En el dictamen dice, textual, que hay una serie de deficiencias que subsanar”, explicó en entrevista el director de los Estudios Churubusco, Carlos García Agraz.
“No es que el edificio esté en peligro, pero sí hay que hacer las cosas como tenían que haberse hecho”, indicó.
Los 12 millones de pesos, que es dinero de los impuestos, se suma a los 546 millones de pesos que aportó Conaculta, en la administración de Consuelo Sáizar.
Como resultado de la auditoria, la Secretaría de la Función Público instruyó a Los Estudios Churubusco, y a Conaculta, de Rafael Tovar y de Teresa, invertir en el mantenimiento de la obra negra.
“Lo único que podemos hacer es mantenerlo. Dinero hay poco. El Estudio no está boyante, pero hay que hacer algo para conservar el edificio”, declaró Carlos García Agraz.
Se hicieron trabajos para proteger la obra de los embates de la madre naturaleza, como la corrosión de metales, corregir posibles fugas o encharcamientos, poner un tornillo, quitar otro, mover una placa, etcétera.
“No podemos dejar que se haga ruina cuando aún no está ni terminado”, agregó el director de los Estudios y también cineasta.
El nuevo edificio iba a ser inaugurado en el 2012. “Tomé la administración en el 2013, y me dicen que la construcción va al 90% y pensamos: ya sólo nos va a tocar terminarlo”, recordó Agraz. Mal pensado.
La obra se detuvo en 2013 por orden de la Secretaría de la Función, para realizar un auditoria y no se volvió a reanudar hasta la fecha. Luego del peritaje estructural vino la sentencia: hay que componer lo mal hecho.
“Estamos en un punto burocrático, leguleyo, que puede ser medianamente largo para que todos los contratistas que tengan que hacer las cosas como estaba en los convenios y en los contratos”, dijo Agraz, director de Mi querido Tom Mix de 1992.
Luego entonces, aparece otro problema. Además del despacho Arquitectura 911, asignado para la obra, aparece una larga lista de empresas subcontratadas. “Qué también es algo que está muy raro. ¿Por qué está tan partido esto?”, preguntó el directivo.
“Primero hay que pedirle al constructor que haga nuevamente lo que hizo mal, si no hay que demandar y van a pasar no sé cuántos años y luego abrir un nuevo concurso para que otra compañía venga y refuercen el edificio, según y como se explica en el dictamen”, aclaró.
Pero deslindar responsabilidades ya no compete sólo a Estudios Churubusco, ni a Conaculta, sino de la Secretaría de la Función Pública y los juzgados es la última de las alternativas.
“Mi idea es que la acabemos lo antes posible, pero ya no dependen de mi”, dijo Agraz.
¿Se puede subsanar (la obra)?, se le preguntó a Agraz.
–Sí
¿Cuánto tiempo?
-No lo sé.
¿Será complicado?
-Va a ser complicado.
Luego está el asunto de cambiar de lugar el laboratorio fotoquímico de los Estudios.
Uno de los argumentos del ex director de los Estudios Churubusco, Manuel Gameros, y de la ex directora del Instituto Mexicano de Cinematografía, Marina Stavenhagen, era que había riesgos al tener los laboratorios ubicados a unos metros de Calzada de Tlalpan.
Falso de toda falsedad, dijo el actual director de Los Estudios Churubusco. “Todos los asesores con los que hablamos, nos dijeron desde el principio que mover el laboratorio fotoquímico era una barbaridad”, dijo Carlos García Agraz.
Como se dice en las películas de terror: esta historia continuará. FIN