La visita al Volcán derivó en una dolorosa goleada, en un partido que durante los primeros minutos fue intenso y parejo en las acciones de ambas escuadras, tras un gol anulado a los locales, los emplumados continuaron buscando el arco rival, derivando en la marcacion de una pena maxima; desde los once pasos Silveira falló de manera increíble la oportunidad de irse al frente, situación que derivó minutos despues en la desesperación del charrúa, quien se pintó de amarillo a los 26 y tan sólo dos minutos después se hizo expulsar por segunda vez en el torneo. De ahí en adelante todo fue cuesta arriba para los queretanos.

Para la segunda mitad, los felinos se fueron al frente, dominando por completo el partido; de los tres goles conseguidos no hay mucho que agregar. Si bien los plumíferos nunca bajaron los brazos, en ningún momento consiguieron competir.

Momentáneamente fuera de los doce lugares de zona de clasificación, consecuencia de sólo haber sumado un punto de los últimos nueve en disputa, Gallos tendrá que enderezar el rumbo para de nueva cuenta salir de casa y enfrentar el viernes al Puebla, equipo que da una de cal y otra de arena.

Buen paso de las Gallitas. Por otro lado, el equipo femenil de Gallos Blancos obtuvo de visita su segunda goleada del torneo, demostrando que la mejoría y buen trabajo es una realidad, esta fecha harán los honores a las Tigres, club de los más difíciles de la Liga femenil.

Héroe y villano. Sin lugar a dudas, uno de los mejores refuerzos del equipo queretano es Hugo Silveira, desafortunadamente su intensidad en la cancha ha inclinado la balanza en contra en partidos favorables.

El delantero uruguayo ha demostrado que tiene calidad de sobra, desafortunadamente por lo mental ha tenido momentos que no deberían de darse en un futbolista profesional.
Confiamos en que las desconcentraciones —que le han costado dos expulsiones en sus dos recientes apariciones—, no se vuelvan a presentar.

La Frase. “Las fiestas mexicanas suelen tener un curioso desarrollo. Lo primero que se acaba es el hielo, luego el agua mineral y después los refrescos. Lo último que se acaba es el alcohol. Lo mismo sucede en los estadios. Cuando el triunfo, la fama y la gloria ya se han ido de la cancha, nuestra pasión sigue intacta”, Juan Villoro.

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