Lo prometido es deuda. Sin duda uno de los sitios más turísticos en el mundo son los afamados Chinatown, los encontramos cuando visitamos a nuestro país vecino Estados Unidos y otros como Londres, Canadá, Cuba, Australia, España o Perú, sólo por mencionar algunos. Si bien, todos tienen su particular historia de cómo llegaron a ocupar cada destino, la mayoría fueron fundados en el siglo XIX. Huyendo de las condiciones económicas y laborales, represión, falta de empleo, maltrato y sobrepoblación, la comunidad china emprendió el vuelo rumbo a otras latitudes en donde pudieran ser más libres y, por supuesto, atraídos por “la fiebre del oro” de Baskerville, Virginia EU, que estaba en su máximo apogeo y contrataban mano de obra proveniente de ese país. Lo malo fue que cuando llegaron a un sitio ajeno, el escenario tampoco era muy alentador, pues también sufrían maltratos y violencia, al ser obligados a trabajar a bajo costo y en peores situaciones sin pago alguno. Lamentablemente, en nuestro país hubo casos de matanza por xenofobia, por los rumbos de Torreón. En este caso, los chinos que pasaban por nuestras tierras, eran inmigrantes que querían llegar a Estados Unidos, al no poder, se instalaron en México. Desde luego que no se iban a quedar de brazos cruzados e idearon algo con lo que pudiesen defenderse de los abusos raciales, y he aquí la gran hazaña, crear “pequeños pueblos” en donde pudiesen estar agrupados para evitar ser víctimas. Y digo “pequeños pueblos”, porque en algunos destinos, no me dejarán mentir, ya abarcan más de lo que pensaríamos, en Nueva York por ejemplo, en el primer Chinatown fue tanta la población, que absorbió Little Italy. Apuesto  que muchos no saben que no sólo existe un barrio chino en la llamada Gran Manzana, sino 9; los más grandes son los de Manhattan, Brooklyn y Queens, ¿cuál de ellos ya visitaste?

El Chinatown más antiguo del mundo es el de  Melbourne , en el sureste de Australia, fue el que se estableció en 1854 por la fiebre del oro antes mencionada. Su celebración del Año Nuevo es una de las más coloridas, comandada por el dragón más largo del mundo, que es movido por cerca de 200 personas. El de Kuala Lumpur es conocido como Jalan Petaling, fundado por comerciantes que buscaban estaño. El de Canadá y San Francisco son de los más grandes del mundo y son famosos por su gran variedad de comida. Desde luego, también son afamados por todos los productos que ofrecen. Y en este punto, yo no sé ustedes, pero yo soy de las que opinan que uno “viaja o trae souvenirs”, sólo les paso un tip para los que si compran, sobre todo llaveros o imanes. Vayas a donde vayas, la  mayoría son “made in China”, si no es que todos, sólo que en el barrio chino están en 3 dólares y en las atracciones turísticas del mismo lugar, “los mismos”, en 10 dólares. Ya lo dejo a su consideración.

Si en uno de tus viajes aún no te animas a “visitar China sin ir a China”, te recomiendo que lo hagas, conoce su cultura, su historia y gastronomía, que  para nada tiene que ver con el “arroz frito tropicalizado” que venden en México. Atrévete a probar otros sabores, otras especias, degusta sus tés y platillos auténticos como el hotpot, los wonton, los dumplings o los “mo po tofu”. Abre tus sentidos, no te quedes con la idea de que todo lo chino es malo, comprueba por ti mismo. Y ya que hablamos del siglo XIX, como diría el gran poeta de aquellos tiempos Ramón de Campoamor, “en este mundo traidor nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira”. XièXiè.

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