En una estructura social como la nuestra, con una riqueza cultural llena de usos, costumbres y tradiciones, así como una amplia diversidad de grupos y comunidades, hay una peculiaridad que consiste en resaltar la belleza femenina en muchas de las tantas celebraciones que se llevan a cabo., como lo son bautizos, cumpleaños, graduaciones, bodas, fiestas, etcétera. Más aún cuando las circunstancias lo ameritan y algunas de esas celebraciones se realizan por la noche. Así, dicho sea con mucho respeto, muchas mujeres resaltan su belleza y sus atributos, logrando cautivar a sus respectivas parejas o atraer la atención de otros utilizando el color y brillo, adquieren también una luminosidad especial que las hace destacar.

Lo anterior me permite ejemplificar que algo muy similar ocurre con las ciudades, cuando son iluminadas por las noches y resaltan sus atributos en muchos de sus espacios, edificaciones, monumentos, plazas y jardines,  hasta realzar una belleza incomparable que marca una diferencia clara y contundente con sus pares. Sin embargo, en relación a las mujeres hay una experiencia y aprendizaje ancestral compartido a lo largo de generaciones, mientras que con relación a la iluminación de las ciudades es un tema que apenas tiene a lo mucho un par de décadas el hacerlo con cuidado, armonía, protección y buen gusto.

Para quienes nos apasiona la fotografía, los espacios bellamente iluminados resultan especialmente atractivos y estoy seguro que les ocurre igual a la mayoría de visitantes que en su andar se topan con los encantos de una ciudad. Admirar las construcciones barrocas vestidas de luces combinadas entre frías, neutras y cálidas que resaltan cada uno de los detalles y expresiones de las figuras es, no solo un lujo, sino también un privilegio para la cámara y para el registro de imágenes que muestran una linda narrativa de la arquitectura y de los lugares.

En nuestro país, he tenido la posibilidad de conocer los ambiciosos programas de iluminación realizados en ciudades como Morelia y Zacatecas y disfrutar de su singular belleza. Permítanme comentarles que tuve la oportunidad de acudir hace varios años a observar  por primera vez el encendido de la catedral en la capital michoacana y me recomendaron observar a las personas mientras se iba encendiendo poco a poco la iluminación de tan hermoso recinto religioso que inició su construcción en el siglo XVII y fue concluido en el siglo XVIII.

Durante unos minutos cierran el tramo que ocupa la catedral y sus dos plazas anexas en la avenida Madero y una banda de música toca alguna pieza para atraer a los visitantes mientras se apagan las luces alrededor. Inicia entonces una bella pieza de música clásica y poco a poco se va iluminando la catedral hasta concluir con fuegos pirotécnicos. Me pedían observar también a las personas ya que son varias las que se conmueven hasta las lágrimas. Es un momento único y si uno lleva la cámara fotográfica consigo, lo que se observa y capta con la iluminación, es también incomparable. El proyecto fue llevado a cabo por una empresa internacional que tuvo a su cargo iluminar, como mera referencia, la torre Eiffel en París, Francia.

La iluminación de sitios y lugares que son patrimonio, requiere de la participación de especialistas y de técnicas que exigen verdadero cuidado para evitar cualquier daño que se pueda ocasionar, tanto en la colocación como en los efectos que las luminarias tengan sobre los materiales de los inmuebles o monumentos. Asumo que dichos proyectos son debidamente analizados, autorizados y supervisados por las autoridades competentes.

Nuestra hermosa ciudad de Querétaro, hoy día requiere de nuevos proyectos de iluminación, más ambiciosos en buen sentido,  que permitan hacer lucir aún más a la hermosa dama para pueda mostrarse más hermosa y encantadora, como nuestras mujeres en noche de fiesta. Un ejemplo de ello es el majestuoso Museo de Arte, antiguo convento de San Agustín, que reúne un gran número de detalles que con un mejor proyecto de iluminación luciría tanto de noche como lo hace de día, cuando el sol del amanecer o del atardecer baña de luz más cálida su cantera.

Sin dejar de reconocer que se han llevado a cabo destacados esfuerzos por iluminar sitios y monumentos en nuestra entidad, creo que se puede hacer mucho más, pensando y valorando los criterios actuales que seguramente han evolucionado para bien  durante las décadas recientes, en que el tema de la iluminación urbana, ha venido adquiriendo mayor relevancia y trascendencia, sobre todo para lugares que son verdaderos destinos turísticos y poseedores de una enorme riqueza cultural y arquitectónica como lo es este valioso rincón, patrimonio cultural de la humanidad, este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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