En repetidas ocasiones he compartido #DesdeCabina el interés que tengo sobre la planeación estratégica, esa que implica la definición de rumbo, el establecimiento de indicadores y métricos que ayuden a la medición del desempeño, al establecimiento de proyectos de gran alcance y al cumplimiento de metas; todo ello en favor de la toma mucho más estratégica de decisiones tanto operativas como ejecutivas de mediano y largo plazo.

Más recientemente, con el seguimiento de las actividades para integración del Plan Estratégico del AIQ al 2050, hemos invertido una cantidad muy importante de tiempo sosteniendo conversaciones con organizaciones públicas y privadas, con actores claves de la sociedad organizada, de la industria, de las entidades gubernamentales y demás partes interesadas que históricamente han tenido “algo que decir” sobre el Aeropuerto Internacional de Querétaro.

En estas conversaciones han surgido iniciativas, reclamos, ideas, oportunidades de nuevos mercados de viajeros, pero sobre todo, y quisiera recalcarlo, se han puesto los cimientos para conversaciones posteriores -algunas ya han sucedido- para el establecimiento de nuevos canales de comunicación y de retroalimentación permanente y el surgimiento, con  todo ello, de relaciones visiblemente más enriquecedoras y de mutuo beneficio.

El cúmulo de conversaciones dejó un agradable y comprometedor sabor de boca; la certeza de que abrir el canal de comunicación es apenas el punto de partida, ha provocado una lluvia de conversaciones a múltiples niveles con todos los actores y es un esperanzador augurio de mas cosas por venir, el involucramiento de las autoridades y del equipo directivo del aeropuerto nos ponen francamente en el camino del crecimiento y construcción, necesarios para que la organización comience a reafirmarse más fácilmente como estratégica.

Constituirse como organización estratégica, como un ente que provoque mayor impacto que el evidente, debe ser la lógica de un instrumento de competitividad como lo es el AIQ. Liderar sus propios procesos de crecimiento, desarrollo y orientación, es sin duda un gran paso, el convencimiento de todos los actores de que ya deben de mantenerse procesos de comunicación, de un levantamiento permanente de necesidades y de creación conjunta de escenarios de mutuo beneficio es mandatorio de aquí en adelante. El futuro es en verdad alentador.

No pretendo sin embargo, sobre reaccionar a la importancia de la planeación, tampoco traer a mis fieles lectores, noticias románticas sobre lo que acontece en el aeropuerto que dirijo -esas están cocinándose justamente gracias estos ejercicios de planeación-, pero sí quiero remarcar que este tipo de ejercicios lejos de solo activar a una organización en lo general, permiten construir esos canales, esas relaciones de entendimiento, de crítica, de innovación y de desarrollo en palabras simples, a partir de las cuales todo puede ser posible. No por nada las grandes organizaciones se esfuerzan a lo largo de los años en “leer” a su mercado, en observar a su competencia, en diferenciarse de ella, en construir valor a través de sus unidades de negocios y de su propuesta de productos y servicios, entendiendo que su red de partes interesadas -sus stakeholders- constituye un poderoso puente para su desarrollo.

@Jorge_GVR

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