Hace unos días el presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Eduardo Sojo Garza Aldape, dictó una conferencia dentro del ciclo “México ante sí mismo. Escenarios y Encrucijadas”, organizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) México. En su participación “Megatendencias del México actual”, presentó cifras sobre la situación económica, demográfica, social y hasta en lo referente a los niveles de felicidad de los mexicanos, cifras que corroboran los avances de nuestro país y que a la vez nos muestran cuáles son los verdaderos retos para alcanzar los objetivos del milenio.
Nuestra realidad está llena de contrastes, por un lado hay avances significativos en salud, empleo, economía, educación y equidad de género, pero contrario a ello la pobreza sigue avanzando; se ha incrementado la escolaridad, pero en contraparte tenemos frente a nosotros un gran reto en lo que se refiere a competitividad internacional. Somos todavía un país con población joven, sin embargo, estamos iniciando un proceso de envejecimiento poblacional y de acuerdo a estimaciones de Sojo, en 26 años enfrentaremos un país de viejos.
En 26 años la población mayor de 65 años aumentará del 6.2 al 15%. En Francia este fenómeno tardó 115 años en dar ese salto.
A lo anterior debemos agregar el crecimiento poblacional, pues de acuerdo a lo revelado por Sojo: “La tasa de crecimiento poblacional del censo 2010 contrapuesta con las proyecciones hechas en 2005 revela que estamos creciendo más de lo que se esperaba hace unos años”. Es decir, la tasa de fecundidad no ha disminuido. Por otra parte la migración internacional es menor a la esperada.
Las estadísticas de INEGI son una advertencia, las políticas públicas deben sustentarse en ellas, de igual forma, las proyecciones son una herramienta que nos ayuda a preparar el escenario futuro y entender desde ahora, cuáles serán las necesidades que se deberán atender dentro de unos años.
Señalábamos en un principio que hay estadísticas que muestran avances, entre ellas están las cifras en educación que demuestran que en nuestro país se ha incrementado el nivel de escolaridad, de acuerdo a los números un niño de 6 años tiene la esperanza de cursar hasta la preparatoria, contrario a los niveles de escolaridad tenemos la calidad educativa y este último aspecto nos coloca ante un gran reto, pues hoy por hoy, no tenemos niveles de competitividad inter nacional.
Por lo que se refiere a la inseguridad, según las estadísticas vitales de INEGI, hay diferencias muy marcadas entre entidades federativas, y así tenemos que mientras en Yucatán, Aguascalientes, Baja California Sur, Hidalgo y Tlaxcala ocurren de dos a seis homicidios por cada 100 mil habitantes, en Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Durango y Sinaloa la tasa es de 46 a 77.
Es la realidad de México vista a través de las cifras, variables que nos presentan una fotografía de cómo estamos, es una advertencia oportuna que nos marca hacia dónde se deben reorientar las políticas públicas.
Luego de revisar las cifras que Eduardo Sojo presentó en su ponencia es evidente que México necesita reorientar sus políticas de educación y poner especial énfasis en la generación de empleos, que es lo que garantiza que la riqueza de un país llegue a todos los hogares.
Las reformas estructurales llevan esos propósitos, el presidente Enrique Peña Nieto está reorientando el rumbo de la nación con miras a ubicar a México en un nivel competitivo en todos los rubros. Este esfuerzo requiere de tener eco en todas las entidades federativas, cada una puede ver en las cifras la radiografía de su realidad. De lo que se haga hoy, dependerá la calidad de vida en el futuro.
Ex presidente municipal de Querétaro, ex legislador federal y local