“Una mentira puede recorrer la mitad del mundo antes de que la verdad tenga la oportunidad de ponerse los pantalones”. Sir Winston Churchill.

Luis Donaldo Colosio Murrieta, entendía la política como el instrumento que las sociedades han creado para dirimir sus controversias, para alcanzar su destino. Ahora, sus ideas han quedado relegadas hasta por su propio partido, en las cosas olvidadas de la historia.

Hoy en día, las ideologías y con ellas la política en México, se encuentran desdibujadas. Extraño es encontrar a la persona que vive para la política y no de ella. Nosotros estamos cruzando una época que no debe de prevalecer. Los políticos de cepa, ahora son escasos; pululan los que viven de la traición, la insidia, el “blof”, la mentira y el engaño y lo peor: El auto engaño. Empero, a todos los convoca su afán por el dinero, la fama, su “prestigio” personal, su historia y la aprobación de quienes supuestamente los eligieron y para quienes no lo hicieron… ¡también! Lo anterior no ha sido gratuito o en vano; la mayor parte de lo que llamaremos la responsabilidad, culpa o causa, la tiene una sociedad compuesta por seres anodinos, mediocres y miedosos que no se atreven a llevar por sí mismos su destino y por ello, eligen a quien supuestamente los ha de guiar. Antaño, es alguna justa electoral aquí en Querétaro, desayunando en el restaurant de algún conocido hotel del centro, coincidí con otros candidatos a la gubernatura; sino mal recuerdo, fuimos unos tres o cuatro y obvio: nos saludamos hasta de abrazo. La señorita que nos atendía, visiblemente emocionada, continuó sirviendo cafés al por mayor y pidió una selfie a la que ninguno se pudo negar y de inmediato me soltó a bocajarro: “Doctor, me puede prestar 5 mil pesos por favor”. What? Mi reacción fue la negativa y por supuesto, no lo sé de cierto… ¡un voto menos!

Por supuesto que el ejemplo no es una muestra amplia del sentir popular, empero demuestra el vago concepto que se tiene de los políticos. Quienes son elegidos por el pueblo para cualquier encomienda, lo son de tiempo completo, las 24 horas del día y por todo el lapso para el que fueron electos. La mayoría de los llamados políticos, principalmente en nuestro país, dicen vivir, existir y transcurrir sus días, de lo que llaman imagen, prestigio y… futuro para seguir mamando de la teta del estado o gobierno en todos sus niveles. Cualquier noticia, falsa o cierta que los retorna a una realidad innegable o como dicen, escuchan un secreto a voces y por ende, conocido por la mayoría de la sociedad a la que pertenecen, los puede herir en su enorme ego. Unas palabras, conceptos, dichos o notas que no los halaguen, llegan a lastimarlos. ¡Ay carajo, qué pueblo tan desagradecido! Se piensan eternos. Inmortales, olvidando que el puesto es eventual y ahora más temprano que tarde, volverán a ser un ciudadano más corriente que común y tal vez, pagar por todos sus actos. Como siempre, recoges lo que siembras y esto en la vida pública, es cierto.

A mi juicio, John Milton estaba equivocado: El paraíso no está perdido, está olvidado, pero no para quienes han lucrado a costa de seres desposeídos de toda oportunidad; sí de aquellos embrutecidos por la ignorancia implanta desde el poder, por los programas de radio o televisión en donde se publicita a la estrellita de moda o hasta en un partido de foot-ball en donde hay heridos y hasta muertos. A los jóvenes, a los niños les corresponde educarse, acceder a la cultura, civismo y preocuparse por la mayoría los ámbitos de su entorno y dejar de idiotizarse con su celular, mismo que utilizan como una adicción y no como herramienta. Y tal vez a estas alturas de tu lectura, no recuerdes las palabras de Churchill con la que inicia la presente colaboración; lo planteo de otra forma. Las presentes líneas van dirigidas a quienes creen ver a Dios, cuando se plantan frente al espejo. (Continuará).

Especialista en Derecho del Trabajo y Seguridad Social, Certificado por el Notariado de la Unión Europea.

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