El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una idea muy neoliberal para enfrentar los problemas económicos de su gobierno: pedirles a los bancos globales y a los grandes fondos de inversión que le presten dinero para rescatar a Pemex y también para financiar sus proyectos de infraestructura.

Así lo manifestó el lunes en Palacio Nacional, donde recibió a los altos ejecutivos de J.P. Morgan, HSBC y Mizuho Securities para anunciar que, después de cinco meses de negociación, accedieron a refinanciar 2 mil 500 millones de dólares de la deuda de Pemex y le extendieron una línea de crédito por otros 5 mil 500 millones.

El trasfondo de dicho anuncio es aun más neoliberal: se hizo con la finalidad de que las calificadoras de valores no volvieran a recortar la nota de Pemex y detonar así una espiral negativa que terminara por contagiar la deuda soberana del país. Sin grado de inversión, Pemex y el país entero caminarían hacia una crisis inexorable que daría al traste con todas las promesas y proyectos de la Cuarta Transformación.

El Presidente puede descalificar a las calificadoras, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, puede tildarlas de “hipócritas”, y el propio secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, puede minimizarlas diciendo que poner a Pemex en perspectiva negativa es apenas “un granito de sal”, pero la mayoría de las acciones que ha tomado el equipo financiero de la 4T, como el Paquete Económico 2019, tienen un trasfondo neoliberal que busca agradarles a las calificadoras.

Vaya imagen la del lunes en Palacio Nacional: el presidente del banco de inversión Mizuho Securities, Jerry Rizzieri, hablando en inglés sobre el crédito sindicado a Pemex mientras el canciller Marcelo Ebrard traducía sus palabras. Una estampa similar tuvo lugar en Mérida, en abril pasado, en la reunión del gabinete con empresarios mexicanos y estadounidenses.

En dicha cumbre, Larry Fink, el CEO del mayor administrador de fondos del mundo —BlackRock—, le reiteró a Andrés Manuel López Obrador su respaldo financiero, principalmente en dos grandes proyectos de la 4T: la red para llevar internet a todo el país y el Corredor Transístmico.

Dicho respaldo, el cual fue plasmado posteriormente en una carta que envió Fink a AMLO, le dio al Presidente la fuerza para lanzarse contra el hombre más rico de México, Carlos Slim. “Como a las empresas no les resulta rentable, no dan el servicio en los pueblos apartados”, dijo en un mitin en Nayarit, el fin de semana. “Háganse a un lado porque ahora el gobierno va a tener su empresa para comunicar con internet a todos los mexicanos, ese es el compromiso”, lanzó.

Así que la idea de crear una empresa estatal para dotar de servicio de internet a todo el país tiene detrás al fondo más poderoso del mundo. ¿Qué pensará Carlos Slim, a quien ya jubiló el Presidente al terminar su sexenio? ¿Saldrá a dar alguna de sus conferencias de amplia convocatoria para fijar su postura?

La otra gran pregunta es si el gobierno de la 4T va a concesionar los 50 mil kilómetros de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad a un privado para que, mediante el financiamiento de BlackRock y los beneficios fiscales del gobierno, pueda hacerla rentable.

Trascendió que a un empresario de medios y telecomunicaciones ya le ofreció el proyecto, pero sería “la rifa del tigre”, según ha dicho este hombre de negocios.

Así como estos dos ejemplos de grandes proyectos que van a ser financiados por los bancos y fondos neoliberales, hay otros que se recargarán en la iniciativa privada para poder hacerlos realidad: el Tren Maya y el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, por citar un par de ejemplos.

Si es así, ¿por qué tantas ganas de satanizar al neoliberalismo?

Posdata. Aunque el Presidente lo negó en la conferencia matutina del martes, José Antonio Meade sí fue uno de los artífices que tomaron la iniciativa de presentar un plan de refinanciamiento para Pemex. Pero reconocerlo públicamente sería aceptar ayuda de uno de los más neoliberales tecnócratas (y brillantes economistas) que tiene el país.

Equidad y salud. Aprovechar recursos que la Unión Europea otorga a fondo perdido para el desarrollo de tecnologías enfocadas a la salud es una de las principales fortalezas del Centro de Innovación THINNKUP, que recién inauguró en la CDMX el empresario Javier Ramírez Lares; al sumar este factor a la interconexión que puede lograr en todos los nosocomios y pequeños centros de salud en el país se ha convertido en la principal opción tanto de instituciones privadas co-mo públicas.

Entre éstas destaca Star Médica, Hospital Ángeles e incluso IMSS e ISSSTE, que dirigen Germán Martínez y Luis Antonio Ramírez, respectivamente. Se necesitan más desarrollos así para aumentar la equidad en el acceso a los servicios médicos del país.

Twitter: @MarioMal
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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