El proyecto neoliberal es un proyecto socio-económico-cultural que propone dejar en manos de particulares o empresas privadas el mayor número de actividades económicas de los países parte, para ello propone limitar el papel del Estado en la economía; la privatización de empresas públicas y la reducción del porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) administrado por el Estado.

Los derechos laborales deben minimizarse al máximo, por lo tanto la flexibilización de la mano de obra es indispensable así como la desaparición de las prestaciones sociales, al mismo tiempo se exige la eliminación de restricciones a la actividad económica y la apertura de fronteras para mercancías, capitales y flujos financieros, y como si el mensaje fuera: cada quien sus propios esclavos, esas mismas fronteras deben permanecer cerradas para el flujo migratorio.

El proyecto exige que la agricultura, ganadería, silvicultura, apicultura, la pesca y la minería se sujeten a los requerimientos trasnacionales, siempre a las reglas del mercado abierto. Con esto, millones de personas carecerán de condiciones apropiadas mínimas para trabajar en el sector primario, dejando hambre y desolación en los hogares de millones de personas en todo el mundo. Para las naciones obligadas a participar en ese proyecto de muerte pensar en la autosuficiencia alimentaria se convierte en un objetivo inalcanzable.

En el sector secundario las industrias apegadas al mandato de fronteras abiertas para el libre tránsito de capitales y abaratamiento de la mano de obra, ofrecen empleos temporales mal pagados y sin prestaciones sociales, con lo que las y los trabajadores vivirán en la incertidumbre por la inestabilidad de su fuente de trabajo, lo que permite su sometimiento a los requerimientos del mercado, esto significa laborar turnos de más de 8 horas diarias y jornadas fluctuantes, de tal manera los días de descanso son variables lo que impide que los empleados organicen su semana para convivir con su familia y amistades.

Dominar es el objetivo, que no haya tiempo de organizarse, que no se pueda colectivizar la desolación para transformarla en acción reivindicadora.

Los países llamados del “G-7”: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido se reúnen año con año para acordar las políticas económicas y sociales que se deberán aplicar en todo el mundo; los jefes de gobierno que no pertenezcan a este grupo y cuya forma de gobierno sea la corrupción se someterán a los designios de los capitales trasnacionales a cambio de beneficios personales y de grupo sin importar que con sus acciones condenen a millones de personas al hambre y la desolación.

Es entonces que la migración se convierte en alternativa de sobrevivencia; millones de seres humanos que podrían producir, trabajar y vivir dignamente en sus países de origen tienen que abandonar su tierra en búsqueda de mejores condiciones de vida. Muchos morirán en el periplo, pero eso no importa.

El 10 y 11 de noviembre llegó a Querétaro la caravana de migrantes provenientes de Centroamérica mayoritariamente integrada por hondureños, se dirigen hacia los Estados Unidos, el gobierno de Querétaro se organizó para que contaran con alimentación, atención médica y servicios sanitarios, colchonetas y cobijas, claro que también se aseguró de hacerlos invisibles para la mayoría de los habitantes de nuestro estado ya que fueron ubicados en las afueras de la ciudad, en el Estadio Corregidora, casi casi al aire libre, puesto que pernoctaron a las afueras del coloso.

Ellos y ellas arriesgarán sus vidas y las de sus familias para conseguir mejores condiciones de vida, algunos lo lograrán; cambiar el modelo económico que nos domina tendría que ser nuestra consigna, de otra manera, el éxodo será interminable y sin alternativa.

Estoy convencida de que las fronteras se inventaron sólo para usar pasaportes y cobrar impuestos, y que por lo tanto no hay personas ilegales, somos seres universales y como tales tendríamos que actuar.

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