Los migrantes sufren mucho

al pasar por la ciudad.

Beben agua en cucurucho

y con gran precariedad.

Son vejados en camino

asaltados sin piedad.

Van buscando su destino

muchos son de corta edad.

Otro lío que ya se ha armado

es que hay luego los vivales

que el concepto han pirateado

pa’sacar lana a caudales.

Piden lana por la calle

aduciendo migración.

Pero luego cae el falle

porque son de la nación.

Es así con este cuento

y su nunca de acabar.

Reflexiono este momento

y por ellos voy a orar.

Periodista

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