Los migrantes sufren mucho
al pasar por la ciudad.
Beben agua en cucurucho
y con gran precariedad.
Son vejados en camino asaltados sin piedad. Van buscando su destino muchos son de corta edad. Otro lío que ya se ha armado es que hay luego los vivales que el concepto han pirateado pa’sacar lana a caudales. Piden lana por la calle aduciendo migración. Pero luego cae el falle porque son de la nación. Es así con este cuento y su nunca de acabar. Reflexiono este momento y por ellos voy a orar.