En nuestra anterior entrega nos referimos a un gran compositor estadunidense del modernismo: Copland. No podemos completar la aportación de Estados Unidos a la música clásica sin mencionar al otro gran compositor: Gershwin.

George Gershwin, cuyo verdadero nombre fue Jacob Gershovitz, fue un popular compositor estadounidense y pianista nacido en 1898 en Brooklyn, Nueva York, de familia de inmigrantes judíos, y fallecido en Beverly Hills, California, en 1937. Estudió piano desde los 12 años de edad. Ante lo conspicuo de su talento, su padre decidió hacerle estudiar con el profesor Charles Hambitzer, quien le descubrió la obra musical de compositores como Franz Liszt, Frédéric Chopin y Claude Debussy. Abandona los estudios a los 16 años de edad para trabajar en una editorial de música.

Tuvo su primer éxito de Broadway en 1919 y su primer éxito como compositor clásico en 1924. Supo dominar ambos campos, el del entretenimiento y el de la música clásica, ganándose el respeto de compositores de la talla de Rachmaninov y de Schönberg. En 1920 alcanza el éxito con Swanee, grabado por Al Jolson. En 1924 estrenó Rhapsody in blue con gran éxito, lo que le proporcionó recursos para vivir con lujos y dedicarse a la farándula. Continuó con sus éxitos con obras clásicas como Concierto en fa para piano y orquesta, obra que destaca por su sutileza formal. A finales de los 20’s viaja a Europa donde conoce a Prokofiev, Ravel y Berg. Además de que sus composiciones ‘serias’ son interpretadas en el repertorio clásico, su música para los escenarios y películas se han convertido en estándares vocales y del jazz.

Gershwin fue básicamente un compositor de canciones y sus estructuras son recurrentes en sus conciertos y en su ópera Porgy and Bess, en la que se hace presente la influencia de la música afro-americana que, aunque estereotipada, es fascinante y profundamente conmovedora. Esta obra contiene la muy popular canción Summertime (tiempo de verano) por la que Gershwin se hizo famoso. Su obra más popular es probablemente An American in Paris en la que retrata las impresiones de un ‘americano’ que visita París. En realidad la obra fue originalmente compuesta para dos pianos y fue durante su segunda visita a París que concibió una obra puramente orquestal, sin solo para piano. En enero 1928 se decide escribir la partitura para dos pianos. Recomendamos una exquisita versión por las hermanas canadienses Katia y Marielle Labèque interpretando esta obra a dos pianos y una fantasía sobre Porgy and Bess, también a dos pianos.

En 1931 escribe una segunda Rapsodia, Second Rhapsody, la que también llamó Manhattan Rhapsody, para piano y orquesta y considerada aún superior a la original Rapsodia en Azul. Como resultado de una visita que hizo a la Habana en 1932 en la que escuchó música cubana con percusiones, bongós y maracas, compuso Obertura Cubana, una pieza orquestal de notable color y ritmo, aunque raramente presentada en teatros europeos.

Luego del éxito logrado con Porgy y Bess, en 1935 Gershwin comenzó a componer música para películas. Ese mismo año se mudó a California y escribió la famosa pieza Shall we dance? (¿Bailamos?) para los bailarines Fred Astaire y Ginger Rogers.

Quejándose de agudos dolores de cabeza Gershwin colapsó en un estado de coma y le fue diagnosticado un tumor cerebral. Nunca se despertó de su coma y falleció el 11 de julio de 1937, poco antes de cumplir 39 años. No solo Estados Unidos sino el mundo entero perdió una de las voces más frescas y creativas.

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