México se ha convertido en una montaña rusa de buenas y malas noticias. La compleja renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las erráticas declaraciones de Donald Trump y los efectos de la reforma fiscal de Estados Unidos, combinados con el proceso electoral mexicano, han contrapuesto los pronósticos económicos, al grado que parece que existen dos Méxicos: el que tiene alineadas las estrellas y al que le aguarda la “tormenta perfecta”.

El México optimista lo pintó hace unos días el Fondo Monetario Internacional (FMI), a cargo de Christine Lagarde, al elevar sus pronósticos de crecimiento para la economía mexicana. El organismo internacional ajustó de 1.9 a 2.3% la expectativa del PIB para 2018, y de 2.3 a 3.0% para 2019. Su argumento fue que la reforma fiscal de Trump impulsará a la economía estadounidense, lo cual a su vez beneficiará a México.

El ímpetu del FMI —que también aumentó el pronóstico de crecimiento para la economía mundial de 3.7 a 3.9%— contrasta con el del Banco Mundial, el cual hace unos días recortó de 2.2 a 2.1% su perspectiva para el PIB de México, pese a que aumentó su pronóstico para la economía global. El organismo que preside Jim Yong Kim ve mayores riesgos para el país por “la intensificación de las restricciones comerciales y el aumento de las tensiones geopolíticas que podrían frenar la actividad económica”. Es decir que, en sus previsiones, incluye el posible choque que generaría en los mercados y en la economía una eventual ruptura del TLCAN.

El TLCAN —que entró en una de sus fases definitivas— es el factor externo que genera más incertidumbre y volatilidad al tipo de cambio. Si bien los inversionistas le han tomado la medida a Trump, cuyas declaraciones y tuits incendiaros en contra de México ya no impactan considerablemente al peso, sigue latente la posible cancelación del acuerdo, lo cual ocasionaría un golpe mayor al que el gobierno ha querido reconocer.

Un ejemplo de ello es el Indicador de Vulnerabilidad Sectorial que publicó ayer Citibanamex, cuyas conclusiones son que más de la mitad de las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos tienen una exposición alta o media si se rompe el TLCAN.

Todos los analistas coinciden en que México será el país más afectado con la extinción del acuerdo comercial, mientras que el canciller, Luis Videgaray, asegura que “Estados Unidos perdería mas sin el tratado”.

La consultoría global de negocios PwC publicó el lunes, en el marco del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, una encuesta en la que reveló que México está perdiendo atractivo para los inversionistas globales. El sondeo entre mil 923 CEOs de 85 países ubicó al país en la posición número 13, mientras que el año pasado ocupaba el lugar número ocho de la lista. Algunos de los riesgos que advirtieron los ejecutivos fueron el populismo y el aumento de tasas impositivas —las cuales en el país se mantendrán en ascenso durante 2018—.

En sentido contrario, ayer la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, la cual agrupa a empresas como Walmart, Liverpool y Office Deptot, anunció que invertirá 3 mil 100 millones de dólares en México durante 2018, 10.7% más que en 2017.

El optimismo del organismo que preside Vicente Yáñez se basa en que las elecciones del 1 de julio y el Mundial de Rusia impulsarán el consumo.

Finalmente, un dato interesante sobre el peor escenario que vislumbran economistas y empresarios si se cancela el TLCAN y Andrés Manuel López Obrador gana las elecciones presidenciales. Según un sondeo de Reuters, la combinación de estos dos hechos depreciaría al peso 8.37% durante 2018, llevándolo a 21.5 unidades por dólar. El dato interesante: durante los cinco años del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto el peso ha caído más de 30%, a un ritmo promedio de 6% anual, no muy lejos de la temida “tormenta perfecta”.

Trump intimida a México. Tal como lo presagió Carlos Slim en enero del año pasado, cuando elogió a Donald Trump por sus dotes de negociador, el presidente de Estados Unidos está siguiendo paso a paso su estrategia de intimidación. En pleno inicio de la sexta ronda de negociaciones del TLCAN, Trump sorprendió a México con la imposición de aranceles de 50% a las lavadoras que entren a su país. México es uno de los principales exportadores de estos productos y tiene buena parte de la producción de marcas internacionales como Whirlpool, Electrolux, LG, Samsung y, por supuesto, de la mexicana Mabe.

Lo preocupante es que al parecer México cederá en esta sexta ronda de negociaciones a elevar de 62.5% a más de 70% el contenido regional para la producción automotriz, una de las principales solicitudes de EU. El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, ha dejado entrever que serán flexibles en este tema. Si gana esta Trump, comprobará que su estrategia de intimidación y su falsa tregua por el proceso electoral mexicano funcionarán conforme al guión.

***En la foto: El FMI elevó esta semana el pronóstico de crecimiento para México.

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