Ya en su cielo sólo hay nubarrones que presagian mil noches sin sueño; mucho olvido, dolor y traiciones, como en canción de Vicente Fernández, se viven hoy en las filas del Partido Acción Nacional.

Del azul celeste del 2000, al cielo medio nublado del 2006; hoy Acción Nacional se enfrenta a una nueva tormenta: vivir fuera del poder.

Aunque nacidos fuera del poder y en oposición a él, 12 años en el gobierno federal le bastaron al Partido Acción Nacional para volverse adictos a sus mieles.

Hoy, sufren el síndrome de abstinencia y, con ello, una total confusión.

Fundados en 1939, como oposición a los revolucionarios triunfantes, el PAN siempre vivió una democrática confrontación interna entre dos facciones. Ese era un partido realmente opositor, a tal grado, que muchos distinguidos panistas queretanos pisaron la cárcel en los albores de la década de los cuarenta.

Como Jano, el dios romano que miraba al pasado y al futuro, Acción Nacional siempre se ha debatido en dos frentes, en discusiones internas que incluso lo llevaron a no postular candidato a la Presidencia de la República en 1976. Dilemas entre duros y neos, bárbaros del norte y tradicionalistas, en ser oposición o cogobierno.

Hoy, el dilema es ser oposición o ser colaboracionista del priísmo restaurado.

El escritor Milan Kundera dice que dos enemigos pelean tanto que acaban por parecerse.

Uno inventa la espada. El otro la usa también y contrataca con la espada y así hasta llegar a los misiles nucleares.

En el caso del PAN, fue tanto su encono contra el PRI que acabó por usar sus mismas armas y se mimetizó. En 1952 y 1988, el PRI fue acusado de fraude electoral; en el 2006, Acción Nacional no podría declararse inocente de tal acusación.

Ya en el poder, el PAN se miró en el espejo y vio un rostro tan parecido al PRI. Sin embargo, no se asustó, simplemente sonrió. Cosas del poder. Los caminos de la vida política no son como ellos pensaban.

Sin embargo, ya fuera del poder, el PAN ha perdido la brújula. Como el “gollum” de El Señor de los Anillos, añora regresar al presupuesto, porque como dice la máxima priísta, vivir fuera de él, es vivir en el error.

Y allí empieza el dilema: ¿regresar a los ideales que dieron origen al partido o ser pragmáticos para ganar elecciones “haiga sido como haiga sido”? ¿Cooperar con el gobierno o ser radical oposición? En el caso de Querétaro, ¿apostarle a la confrontación o ser oposición edulcorada?

Las corrientes panistas ya han empezado a mover sus piezas. A nivel nacional ya se sacrificó al primer alfil en el Senado. Vendrán los cobros de facturas sin duda. Los que apuestan por la confrontación buscarán la revancha.

En Querétaro, el 2015 ya empezó para el Partido Acción Nacional.

Bajo una aparente calma, las corrientes han evitado la confrontación directa, por el momento. Ya se realizan los viernes ciudadanos, visitas de los senadores. Todo parece marchar con tranquilidad.

Pero el temblor en el Senado, tendrá una réplica. Por más que el PAN queretano, al más puro estilo de PRI, le apueste a la disciplina partidista, las corrientes tendrán que ajustar cuentas antes del 2015. Un indicador de esto es el exceso de confianza en que han caído los facciones azules que ya se sienten ganadores antes de empezar el proceso electoral.

Hoy, más que nunca, el país necesita a un PAN realmente opositor y fiel a sus principios, no a un partido colaboracionista que sólo añora regresar al poder cueste lo que cueste. En tanto, en su cielo sólo hay nubarrones...

Periodista y sociólogo. Docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ. Director del semanario universitario Tribuna de Querétaro

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