El empresariado mexicano está en libertad de expresarse y, bajo una clara exposición de ideas, pedir a sus empleados que “libre y responsablemente ejerzan su voto el día de la elección”. Así lo plasmaron en sus escritos dirigidos al personal que labora en sus empresas; simplemente están en contra del “populismo”, y si les “quedó el saco”, que se lo acomode bien. De ahí lo incomprensible de la “amenaza” del presidente del Consejo General del INE en contra de ese empresariado que hizo uso de un derecho humano: libertad de expresión.

Lorenzo Córdova hizo un llamado a los empresarios y a todos los sectores del país a evitar presiones o condicionamientos en el marco de las elecciones. Ello después de dar el banderazo de salida a la distribución de la paquetería electoral; Córdova afirmó que “quien pretenda vulnerar la libertad del voto, sea quien sea, se va a topar con una autoridad electoral decidida a cumplir su papel”. Muy mal por parte del árbitro de la contienda electoral, quien pretende limitar derechos humanos bajo la sospecha de “vulnerar la libertad del voto”. Por si la amenaza no fuese suficiente, acotó que la obligación del INE es “garantizar que los mexicanos voten en libertad, sin presiones, condicionamientos ni coacciones”. ¿Se habrá dado cuenta Córdova de que algunos candidatos condicionan el voto cuando ofrecen dinero si ganan las elecciones? Ahí está el ofrecimiento a los ninis: beca por no estudiar ni trabajar. ¿No es éste un delito?

Jorge Lumbreras, Coordinador de Asesores de la FEPADE, descartó que las opiniones de los empresarios constituyan delito electoral alguno. De ahí que la “velada amenaza” de Lorenzo Córdova no tenga razón de ser, mucho menos si se trata de un árbitro que sólo está para conducir el proceso electoral en el que participan los contendientes. No debe amenazar al elector. Los ciudadanos, entre ellos los empresarios, están en la más absoluta libertad de expresarse respecto a los candidatos, sus defectos y virtudes; con respeto, sin amenazas, sin coacción ni compra de votos. Aunque en las redes sociales, “campo neutral sin control”, las luchas en pro y en contra de los aspirantes a la Presidencia son sin tregua y sin respeto, pero ahí el INE prefiere pasar desapercibido. Y lo mismo sucede en muchas aulas: los maestros de todas las tendencias políticas disertan sobre los candidatos, en algunos casos inducen al voto en favor del candidato de la preferencia del docente. Ahí también es tierra de nadie. ¿Entonces por qué incomodar al grupo empresarial?

¿Escuchó la arenga de Andrés Manuel López Obrador diciendo a sus seguidores que ya habló con los obispos y está permitido “tomar lo que quieran”? Esa “invitación” es clara incitación a la violencia, al robo: apología del delito. Y la autoridad electoral jamás hizo observación alguna. Promover la inestabilidad social: los obispos ya le autorizaron. Ése sí es un verdadero peligro. Si la incitación la hace como candidato, ¿qué hará en caso de ganar? Se puede esperar lo peor: populismo extremo. Al pobre lo incita a confrontarse en contra de los empresarios, chicos, medianos o grandes, no importa; el mensaje del candidato fue inequívoco, claro: “roben”. La iglesia lo permite. Hasta hoy no cumplieron con la “oferta” de Amlo. Nadie quiere actuar en su contra; eso es lo que esperaría el aspirante para tener elementos y acusar a las autoridades de represión y autoritarismo: gritar al mundo entero de pretender “descarrillarlo” para no llegar a la Presidencia.

Por eso cualquier persona libremente puede opinar y expresarse respetuosamente, dado el peligro que representan muchos de los pronunciamientos del candidato de Morena. No es insidia, no es suposición, promueve la estabilidad social del País ¡López Obrador incita a la inestabilidad social! Los hechos son realidad que hace necesaria y obligada expresar la opinión de todos aquellos que no coinciden con estos discursos incendiarios, y nadie pretende parar las amenazas.

Google News