Según los reportes, en los días pasados se efectuó una balacera en un intento de asalto a una sucursal bancaria en la concurrida avenida de Bernardo Quintana. Si bien, sólo se registró una persona lesionada, el evento causa nuevamente desasosiego en la sociedad y un temor ascendente que tiene impactos para el gobierno.

Por años se ha dicho que Querétaro es un lugar tranquilo y que goza de niveles elevados de seguridad con respecto a otros estados del país. Si revisamos los datos, es cierto que la entidad federativa ha mostrado mejores posiciones a lo largo de los años que otras tanto lejos, como circundantes al territorio, por lo que se ha comunicado constantemente por los gobiernos que es un estado seguro.

Es muy cierto que por años se ha vivido con confianza y tranquilidad en Querétaro. La sensación de seguridad se creaba por dos cuestiones: una interna y otra externa. La primera era por los bajos niveles de delincuencia que la entidad presentaba. Éstos eran interpretados como fieles indicadores que evidenciaban que la inseguridad era mínima y que se corría con reducidas probabilidades de ser víctima de un delito.

Por otra parte, la segunda se construía por un contraste generado entre delincuencia y particularmente la violencia perpetuada en otros estados de la República mexicana y la situación respectiva en Querétaro. Esto permitía construir un entendimiento relativo en la sociedad de que el estado en realidad era muy seguro, puesto que no ocurrían las atrocidades y terribles notas que sucedían en otras ubicaciones del país y que de manera lamentable siguen aconteciendo en la actualidad, agravándose en los años recientes por múltiples causas, entre ellas la risible e ineficiente política federal de seguridad.

Sin embargo, hemos atestiguado que en Querétaro ha aumentado la violencia y los delitos en los últimos años. La sensación de seguridad en la población ya no es la misma que hace uno, dos o tres lustros. Aunque las autoridades no los tipifiquen así, ha habido un alza en feminicidios en la entidad, también hace un par de semanas hubo un robo de un tractocamión en un libramiento del estado y el intento mencionado del asalto a la sucursal bancaria se une a otras actividades delictivas que se han efectuado en el año, sin olvidar lo que pasó en el estado de fútbol.

Es importante señalar a las autoridades este tipo de situaciones, puesto que han sacudido la seguridad en el estado y, por consiguiente, han mermado la confianza y serenidad que la población siente de residir en Querétaro. Resulta trascendental que el gobierno pueda reforzar la seguridad en diferentes momentos y a través de diferentes mecanismos, por ejemplo, con cultura de paz y prevención de la violencia, entre otros.

A pesar de lo anterior, la entidad sigue estando bien parada a nivel nacional en materia de seguridad. Pero hay que recordar que, por una parte, siempre se puede mejorar, y ello además de potenciar el desarrollo social de la población, atraería más inversión y empresas a asentarse en el estado, lo que traería mayores beneficios para la sociedad. Sin embargo, el otro lado de la moneda también es imprescindible de revisar. Si no se siguen atendiendo los problemas de inseguridad en la entidad, se corre el riesgo de que la situación se agrave y el efecto puede traer consecuencias mucho más difíciles de sobrellevar y arreglar en el futuro.

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