Mi admiración y reconocimiento al señor presidente, son infinitos. Creo en él como en pocas personas. Es un ser humano y un político extraordinario, como pocos hayan existido en el mundo. Predica con el ejemplo de su vida pública y privada.

Sus obras, acciones y gobierno sin lugar a dudas son en beneficio de los más pobres y necesitados y con hechos, no palabras ni discursos, ha cambiado al país; por eso es aceptado, querido, necesitado y hasta amado por el pueblo. No lo conozco en persona, pero tengo algunos contactos académicos, que en breve me acercaran a él y por fin, podré felicitarlo personalmente por su desempeño en la más alta magistratura del país.

Hombre en toda la extensión de la palabra, promete y cumple. Sus obras y acciones hablan de él. Toda la sociedad lo reconoce, es cierto, tiene algunos detractores pero son tan pequeños e insignificantes que no vale la pena detenerse en ello.

Juró cumplir y hacer cumplir la Constitución y vaya que lo ha llevado a la práctica al pie de la letra.  Es un ejemplo digno y de altura, de lo que debe de ser un político. Las nuevas y futuras generaciones tienen en él y en su obra, una escuela a seguir.

Ha suscrito tratados internacionales y aumentado las exportaciones, con lo que ha conseguido el crecimiento económico del país.

Ha estimulado los vínculos regionales. La firma de varios acuerdos con otro país “incluyen la libre circulación de bienes, servicios y personas entre los países suscriptores”. Moody´s recientemente subió la calificación del país, poco después de que Standard & Poor´s elevara la calificación del mismo, citando a sus perspectivas económicas como muy positivas.

El señor presidente, tiene un gobierno trabajador que antepone a la gente, antes que a los egos, convirtiendo las ideas revolucionarias en acciones pragmáticas que conducen a resultados positivos. El señor presidente nos ha dicho, “La política tiene que ser colectiva, porque lleva mucho tiempo una política de cambio. Por muy ocupados que estemos, la globalización nos incluye a todos, estamos navegando en la misma nave”.

El señor presidente ha hecho especial hincapié en el tema laboral. De acuerdo a la “Declaración relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo”, adoptada por la 86ª Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.), se consideran Derechos Fundamentales en el Trabajo: la Libertad de Asociación; La Libertad Sindical; El reconocimiento a la Negociación Colectiva; La Eliminación de todas las Formas de Trabajo Forzoso u Obligatorio; La Abolición Efectiva del Trabajo Infantil; La Eliminación de la Discriminación en materia de Empleo y Ocupación.

El país tiene reconocidos constitucionalmente estos derechos y ha ratificado los Convenios Internacionales del Trabajo de la O.I.T. que refieren a ellos. Por todo ello y muchas cosas más, mi admiración y respeto a don José Mujica, presidente de… Uruguay.

Desde luego, amig@ lector@, usted tiene una mejor opinión.

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