No, Andrés Manuel López Obrador no se parece a Jesucristo, ni a Gandhi ni a Martin Luther King o a Mandela, como apunta, en el colmo de la adulación, Antonio Attolini, su equivalencia mayor es con Luis Echeverría.

Transcurrido más de medio siglo del mandato de quien se propuso sustituir el modelo de “desarrollo estabilizador” por el de “desarrollo compartido”, son innegables sus similitudes con el actual presidente:

1. Su incontinencia verbal. Su obsesión por hablar, predicar, inspirar.

2. Su tirria hacia los empresarios, en el caso de Andrés Manuel sobre todo a los españoles. Echeverría solía hablar de “los riquillos”, López Obrador de la “minoría rapaz”. La repulsa de grupos empresariales al régimen de Echeverría se expresó en la fuga de capitales y el freno a la inversión que condujeron a la devaluación de 1976. Hoy la tensión entre los organismos empresariales y el presidente está apenas contenida.

3. Ambos coinciden en su afán de gobernar a ras de suelo y mostrar una fibra que a Echeverría lo llevaba en unas cuantas horas de Campeche a Baja California. López Obrador no resiste la tentación de recorrer una y otra vez la geografía del país.

4. Con Echeverría el sector paraestatal de la economía creció como nunca antes. El Estado era propietario lo mismo de hoteles que de líneas aéreas o hasta una fábrica de bicicletas. López Obrador va en el mismo sentido: cueste lo que cueste se propone regresar al Estado a sus días de gloria, cuando era actor económico central.

5. Cuando Echeverría despidió a su secretario de Hacienda, Hugo B. Margáin, un periodista le preguntó si cambiaría la política económica y Echeverría le respondió: “No, las finanzas nacionales se manejan en Los Pinos”. Con López Obrador —“un genio en economía”, como lo llama otro de sus fieles— la política económica se maneja en Palacio Nacional.

6. Como Echeverría, López Obrador repudia a los tecnócratas, más aún si son egresados de escuelas norteamericanas y se propone un relevo en la clase gobernante.

7. Echeverría nombró a Enrique Cárdenas González como subsecretario de Investigación y Ejecución Fiscal en la SHCP, quien creyó que frenaría la corrupción militarizando las aduanas. Los niveles escandalosos de corrupción que se desataron casi de inmediato llevaron al reemplazo de los coroneles recién nombrados. Hoy López Obrador ya le entregó a militares el control de puertos y aduanas.

8. Los hermana también su talante populista y su búsqueda de aliados entre los gobernantes de izquierda en América Latina. Echeverría con Salvador Allende y Fidel Castro. En el caso de López Obrador, con Evo Morales (hoy Luis Alberto Arce), Nicolás Maduro y Alberto Fernández.

9. Por no hablar de su obsesión con culpar de sus fracasos al ayer. “Los emisarios del pasado”, en palabras de Echeverría, “los neoliberales”, “los conservadores” en el lenguaje de Andrés Manuel.

10. Su gusto por lo mexicano y las aguas de jamaica.

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