Los bandidos no descansan. A días apenas de la llegada de las primeras vacunas contra el Covid-19 a México, ya había quien vendía supuestos lotes en grupos de Whatsapp y páginas de Facebook. A dos o tres mil pesos el vial. O más: en algunas redes, la inyección se ofrece hasta en 20 mil pesos.

Estas ofertas son, por supuesto, más fraudulentas que un billete de tres pesos. No hay por ahora venta privada de ninguna vacuna en contra del Covid-19. Sabrá Dios qué están comerciando los criminales que están detrás de estas páginas, pero, con casi absoluta certeza, no es algo que proteja en contra del coronavirus.

Por ahora, esto parece estar solo en el terreno del fraude. Dada la enorme escasez de vacunas en el país, parece difícil que, por ahora, se desvíen cantidades importantes hacia actores criminales. Pero eso podría cambiar rápidamente en pocas semanas. Si entran más vacunas al país, pero no se desatasca el proceso de dispensación, es casi inevitable que surja un mercado negro de gran tamaño.

¿Cómo se alimentaría ese mercado? Se me ocurren al menos cuatro mecanismos:

1. Robo: los medicamentos son continuamente blanco de ladrones. En octubre pasado, por ejemplo, un cargamento de medicamentos oncológicos fue robado en la Ciudad de México. Lo mismo sucedió, el mismo mes, con un paquete de vacunas contra la influenza en el Estado de México. En la medida en que se amplíe la logística de las vacunas contra el Covid-19, es probable que ocurran incidentes de esa naturaleza.

2. Corrupción: el desvío de medicamentos e insumos médicos es una práctica frecuente en instituciones públicas de salud. A inicios de 2019, se descubrió una trama de corrupción en el IMSS que involucraba la falsificación masiva de recetas, surtidas en farmacias y almacenes de esa institución. Si eso pasa con insumos comunes y corrientes, es previsible que también empiece a suceder con la vacuna contra el Covid.

3. Contrabando: en la medida en que se amplíe la diferencia de disponibilidad de vacunas entre Estados Unidos y México, la probabilidad de que surja un tráfico ilícito de vacunas va a crecer y más cuando las vacunas entren a un canal comercial normal en el país vecino hacia mayo de este año. Esto puede ser comercio hormiga en comunidades fronterizas o tráfico a relativa gran escala. Ya ha sucedido con las pruebas de Covid: en octubre, fue detenido por personal de Aduanas un lote de 12 mil pruebas que estaban siendo contrabandeadas al país en Ciudad Juárez. Algo similar puede suceder con vacunas.

4. Falsificación. Este es el esquema narrado en los párrafos iniciales de este texto: vivales que venden como vacunas contra el Covid algo distinto (agua, solución salina, etc.). Por ahora, es una actividad de nicho, pero en la medida en que crezcan los otros tipos de vacuna ilegal, esta forma de fraude se va a volver más creíble y más frecuente.

Considerando que millones de personas demandan con urgencia una vacuna, este mercado ilícito puede volverse enorme, de miles de millones de pesos, en poco tiempo. Para contener ese fenómeno son necesarias varias medidas, desde el fortalecimiento de la vigilancia en almacenes y traslados hasta el uso de herramientas tecnológicas para el rastreo de lotes.

Sin embargo, nada de eso va a servir muy bien si el Estado no se pone las pilas y vacuna a millones en pocos meses. Con la pandemia descontrolada y el proceso de vacunación atascado, es casi inevitable que surja un mercado de la desesperación, dominado por criminales.

En medio de la crisis sanitaria económica, no creo que queramos agrandar nuestra lista de problemas.

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