Existe en el aire una sensación de suspenso, en particular ante la pausa de la aplicación a sangre y fuego de la reforma educativa y del misterioso silencio del cabo Nuño. Ello nos da tiempo a reflexionar sobre las sucesivas reformas en la materia en México.

Con el objetivo de mejorar la educación, el sistema educativo mexicano ha presentado durante décadas cambios provenientes desde las altas esferas de la burocracia federal. Estos cambios siempre han estado sujetos a las políticas gubernamentales que marca cada Presidente y si hacemos un recuento podemos señalar que son varias las reformas a las que ha estado sujeto el sistema educativo, las cuales le han proporcionado hoy en día una estructura tan compleja, abigarrada, como inescrutable. Veamos un poco de historia. Posterior a la cruzada vasconcelista (que merece atención aparte) destaca el impulso a la educación socialista. En 1932 se reestructura la SEP, con reformas al sistema educativo que se centraron en la generación de un programa de educación basado en la formación técnica, en los principios científicos y en la racionalidad, lo cual se contraponía con la intuición y espontaneidad de las escuelas operantes. Para 1934, a inicios de la ola revolucionaria cardenista, destaca el papel del Estado en el terreno educativo, al modificarse el artículo 3° constitucional, para dar lugar a la educación socialista y obligar por primera vez a las escuelas privadas a seguir los programas oficiales.

Esta nueva orientación impulsó la educación en todos los niveles. Con lo que respecta a la educación primaria, se crearon internados comunales, comedores y becas; las escuelas se vincularon con los centros de producción, alentando a la educación técnica y creando las escuelas regionales campesinas para formar maestros rurales. Entre una de sus virtudes está el incorporar a los indígenas a la vida nacional. Dos experiencias pedagógicas dieron testimonio de esta inclusión: el Proyecto Carapan que pretendía implementar un programa que permitiera enseñar a leer y escribir los elementos de la aritmética en idioma Purépecha y cas tellano. Mientras que el Proyecto Tarasco buscaba mejorar las condiciones de vida a través de la lucha social. En el ámbito educativo y pedagógico, los maestros rurales aparte de enseñar a leer, escribir y las operaciones matemáticas elementales, debían organizar los comités agrarios integrando a los campesinos, con el propósito de orientarlos para solicitar la tierra o como partícipes de campañas educativas a fin de desaparecer el fanatismo religioso. Aquí es donde el magisterio en su labor de vinculación social y directa con la comunidad, se enlaza de forma cómplice con el partido de Estado, a fin de mantener la ruta política de la élite gobernante, que va desde el Partido de la Revolución Mexicana al Partido Revolucionario Institucional. Este matrimonio no estuvo falto de disensos y conflictos, los cuales fueron apaciguados a punta de carretadas de dinero o de la aplicación de la ley, o sea la represión. Para esta tarea era indispensable el control sindical del magisterio, tarea bien llevada por los esbirros priístas que construyeron uno de los monumentos más grandes de la corrupción nacional: el SNTE.

Pasando a 1972, la predecible reforma en puerta propició una considerable expansión y diversificación de los servicios educativos, reforma a los planes y programas de primaria y secundaria, la edición de nuevos libros de texto gratuitos y la promulgación de nuevas leyes en materia educativa y de patrimonio cultural. También fue creada la Ley Federal de Educación, la cual reiteró la gratuidad de la educación impartida por el Estado y el derecho que todos los habitantes del país tienen de recibir educación. Se implantó un nuevo reglamento de escalafón de los trabajadores de la SEP y se emitieron varios acuerdos para regular la titulación y regulación de maestros.

Se cierra este ciclo reformatorio en 1975, cuando se abre el programa de actualización y mejoramiento del magisterio para ofrecer el nivel de licenciatura en educación a través de cursos abiertos.

La siguiente reforma de consideración fue en 1993, la cual planteaba entre sus objetivos cultivar el talento y la creatividad en la niñez y la juventud, vinculando el aprendizaje a la producción, en todos los grados, promoviendo la innovación científica y tecnológica. Estos eran los aires del tiempo neoliberal, que demandaban la formación técnica especializada de un país maquilador.

En el año 2004 el gobierno federal inicia la transformación de la educación básica, impulsando la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB), la cual impacta de manera importante en todos los aspectos de la educación, ya que ahora la moda importada pretende trabajar por competencias. A esta reforma le sigue pocos años después la Reforma Integral de la Educación Media Superior. Pero en la actualidad el trabajo en el aula poco ha cambiado, si la RIEB propuso una serie de cambios en los primeros niveles, también es evidente que los problemas que presenta la educación en nuestro país es multifactorial y se tendría que estar trabajando a partir de otros esquemas que permitieran ir despejando el camino del docente, esto es, trabajar con él desde su formación. Pero la historia nos preparó otra jugada, el Pacto por México que integraba una reforma estructural en la educación. O más bien una reforma laboral docente encubierta. Continuaremos.

Consejero del INE en Querétaro

fernandocorzantes@yahoo.com.mx

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