El periodismo no está pasando por su mejor momento para sobrevivir a esta pandemia, y lo digo a propósito de las conferencias con Hugo López-Gatell Ramírez (referido aquí como HLG). En dicho foro se ha evidenciado que, con los temas de ciencia, hay un área de oportunidad en la comunicación pública de la ciencia. 
Y bueno, escribo esto en un medio dedicado al periodismo y es necesario hacer notar que este argumento va desde mi trinchera, como científico en formación (estudiante de doctorado) que intenta hacer un ejercicio de comunicación, a veces sobre temas propiamente de ciencia y, en otras ocasiones, sobre lo que sucede en las estructuras que gobiernan la producción científica, intentando ponerle limón y sal a la —a veces— insípida realidad. Justo así surge el nombre de esta columna: “Ciencia con limón y sal”, como unos tacos o esquites.

Sobre las conferencias de HLG, se hace evidente lo estético que puede ser comunicar ciencia; lo cual contrasta con las preguntas de los periodistas, que provocan más memes que información.

Pero ¿está HLG comunicando la realidad?, ¿o es sólo que no se ha comprendido en profundidad la pandemia para realizar preguntas relevantes? Eso yo no lo sé, pero existe un ejemplo relevante para el periodismo científico.

La producción científica llega a su punto dorado cuando se publica en una revista de reconocimiento internacional, y para que esto suceda, dicho documento debió pasar por un proceso llamado “revisión por pares”, en la que otros expertos evalúan el documento que pretende ser publicado para el escrutinio de toda la comunidad científica. En teoría, si el documento no aporta nada relevante o su metodología resulta poco fiable, se rechaza. En teoría.

Aún así, existen otros repositorios para publicar un artículo sin necesidad de una revisión como la mencionada previamente; con estos artículos hay que tener mayor cautela porque nadie los ha valorado, por lo que esa evaluación la tiene que realizar el lector. Y ¿por qué es relevante? Porque hace algunos meses se publicó en ese espacio un artículo sobre el virus que hoy nos mantiene en casa, el cual se convirtió en la publicación más compartida en los espacios digitales. En este documento se decía que había similitudes entre el VIH y el nuevo coronavirus (SARS-CoV2) y que tales coincidencias no eran casuales; el artículo fue desmentido y retirado, pero el daño en la opinión pública ya estaba hecho.

Y podríamos pensar que esto pasa en espacios no revisados, pero incluso ha sucedido en la revista Nature. ¿Por qué está pasando esto? Porque la ciencia puede ser objetiva, pero los científicos no siempre lo son (somos); porque el sistema de producción de la ciencia tiene ciertas exigencias que, quizás, llevan a la construcción ficticia de un análisis de la realidad.

Un sistema en el que importa comunicar ciencia entre pares, pero poco importan los ejercicios que lo aterrizan a la sociedad.

Este espacio va más en la opinión de quien escribe, quien, dicho sea de paso, piensa que se está dejando de lado el impulso en una cultura científica, que sería la opción más democrática de hacer ciencia. Así que, las conferencias de HLG nos pueden sugerir la importancia de comunicar la ciencia a la sociedad y la falta de perfiles que existen para hacerlo. Esta pandemia nos está aleccionando en muchos rubros.

*@chrisantics

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