No es por nada, pero las mujeres mexicanas hemos avanzado mucho a comparación de otros países en donde la cultura para las féminas es totalmente distinta, decidir viajar y conocer otros lugares es algo que podemos hacer con total libertad, lo que no sucede en el sistema saudita que establece la prohibición de viajar si no cuentan con el permiso de sus tutores masculinos, y las mujeres iraníes que deben contar con el permiso escrito de un guardián para no negarles la obtención de un pasaporte y la posibilidad de andar fuera del país ya que legalmente no tienen autoridad, pero lejos de esas limitantes que existen en otras partes del mundo, en su entorno giran ciertas tradiciones, vestimenta y rituales que las caracterizan y les dan identidad.

Es interesante conocer todos los significados que definen nuestra cultura, dependiendo de lo que se produce en cada sitio y una de las cosas que sin duda es sinónimo de atracción en cualquier rincón del mundo, es la vestimenta típica que se utiliza y la razón de cada artículo.

Vamos a saltar un poco a otras regiones, estas que llaman más la atención y donde les comentaba al principio tienen establecidas ciertas normas, incluso en la atuendo de cada persona. Las reglas para la confección en los países musulmanes se basan en las enseñanzas del Corán, tanto hombres como mujeres deben vestirse con modestia y sencillez, por lo general, en colores oscuros y conservadores, aunque se presta más atención a ella. El código de vestimenta islámico varía de país a país. En algunos lugares se utiliza el “hiyab o hijab” un pañuelo que cubre sólo el cuello y la parte superior de la cabeza. “El jilbab”, una túnica larga que cubre todo el cuerpo, la cabeza y el rostro con un velo a modo de pantalla sobre los ojos. “El burka”, “El niqab” y “la abaya”  un vestido tipo funda para usar sobre la ropa normal y que en la actualidad sigue causando asombro por su significado.

En nuestro México hay gran variedad de prendas típicas, con una explicación que quizá algunos no conocíamos, el rebozo por ejemplo, nació de la necesidad que tenían las mujeres mestizas de cubrirse para entrar a los templos. Inspirándose en las tocas que los frailes impusieron a las indígenas con tal motivo. También utilizados para cargar a los niños o la leña para llevar al hogar y que incluso en nuestros tiempos todavía algunas de ellas acostumbran hilar con “uso o malacate” las fibras que emplean para tejer. Del mismo modo, trabajan la seda y la lana sin abandonar el ixtle, el algodón blanco o  de color “coyuebe”, de origen prehispánico para realizarlos.

Actualmente el rebozo se utiliza de muchas formas y es recomendable ir a Santa María del Rio, San Luis Potosí para conocer esta prenda que nos da identidad nacional.

Otro artículo que nos da esta característica cultural es el sombrero de charro, que originalmente servía para que los hombres pudieran protegerse del sol al supervisar la elaboración de los diversos trabajos del campo en las haciendas. Durante el siglo XIX, los sombreros, hechos básicamente de fibras, para su uso en eventos especiales o algunas fiestas religiosas, tuvieron que ser transformados o enriquecidos con ciertos toques que poco a poco fueron dando como resultado el sombrero que hoy todos conocemos y que lucen los músicos de un mariachi.

Las prendas que nos identifican en nuestro Querétaro, es el traje típico de los campesinos otomíes que está formado de manta, tanto para hombres como mujeres. En el caso de las ellas es característica una falda bordada con grecas y figuras multicolores, un quezquémetl o blusa, una faja y huaraches, que podemos encontrar en San Ildefonso Tultepec o Santiago Mexquititlán, en el municipio de Amealco de Bonfil donde las telas, los famosos deshilados y bordados llenan de colorido esta bella entidad. Definitivamente un significado muy diferente al que existe en otros países. ¿Orgullosos?

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