Al parecer ya es cotidiano para la ciudadanía el escuchar declaraciones diarias del compañero Presidente Andrés Manuel López Obrador, pues su ejercicio de información popular y rendición de cuentas diarias, se ha convertido en un tema de conversación en donde la opinión se encuentra claramente dividida. Por un lado se encuentran los dueños de los medios de comunicación y algunos simpatizantes de estos, que sostienen que es un ejercicio claramente innecesario y que la famosa  “mañanera” solo es un espacio que López Obrador utiliza para posicionarse diariamente en la agenda pública de México, por otro lado estamos los sobrevivientes a la larga época de desinformación, misma que siempre tuvo una postura cómplice con el gobernante en turno, lo que mantenía a los máximos mandatarios en una clase de pedestal incansable para la ciudadanía y mucho menos imaginarles siendo cuestionados de manera diaria como hoy lo vive el Jefe del Poder Ejecutivo Federal.

Estamos a unas cuantas semanas de que se cumplan tres años de aquel histórico triunfo electoral que llevó a MORENA y a AMLO a ocupar la silla presidencial y aunque a muchos les incomode, la aceptación de la sesión informativa diaria que encabeza el Presidente goza de una importante aceptación en la sociedad, por ello es que en esta ocasión llamó desde este espacio a la reflexión sobre el momento que vivimos en materia de incidencia política como gobernados, ¿en algún momento se hubiera podido mantener esta misma injerencia con los partidos pertenecientes y defensores del viejo régimen?

Desde mi particular punto de vista lo que vivimos hoy en día es algo incomparable, ya que basta analizar cualquier "mañanera" para darnos cuenta que estamos ante un escenario sin precedentes.

Por ejemplo la conferencia matutina del año en curso pudimos ser testigos que hubo una variedad de temas importante, se habló desde la próxima vacunación de 2.3 millones de ciudadanos y ciudadanas de 50 a 59 años, hasta la información del proceso que vive el caso de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, pasando por otros puntos como la Reforma Administrativa, el rechazo total a la injerencia de extranjeros en la vida política nacional y el atropello a la democracia protagonizado por el Tribunal Electoral.

Como podemos darnos cuenta este espacio está lejos de tener una agenda pactada, el máximo mandatario de este país está expuesto de manera absoluta a la voluntad periodística, manteniendo así la promesa de respeto absoluto a la libertad de expresión y la no censura a las voces que no concuerdan o simpatizan con la actual administración federal. Espero que como pueblo estemos conscientes de lo que actualmente vivimos y estemos de acuerdo en que bajo ningún escenario podemos regresar a la opacidad del pasado.

Cierro lanzando un reto a la nueva oposición, aquella que busca y vuelve a buscar una y otra vez cualquier elemento para denostar a Andrés Manuel, en qué otro momento de nuestra historia, el pueblo a través de los medios de comunicación habíamos podido cuestionar de manera directa al Presidente de la República. La respuesta la conozco, por ello la defensa del gobierno de la 4T es diaria y sin tregua alguna.

¡Vivimos tiempos de cambio!

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