Ahora los candidatos hacen cuentas sobre los resultados que obtuvieron en sus precampañas y evalúan sus logros. Andrés Manuel López Obrador logró no perder la calma como lo había hecho hace 6 y hace 12 años.

Esta vez mantuvo la cordura y, salvo dos momentos, no entró en conflicto, entendió que “calladito se ve más bonito”. Ahora su reto es que todo siga igual, sabe que lo mejor que le puede pasar es que todo siga igual, llegó al rango de votación que sabe tendrá como máximo, entonces su objetivo es no perder demasiados puntos y eso lo va a lograr con poca exposición y no tomando riesgos. Al menos de aquí al 28 de marzo, cuando inician las campañas en forma, va a intentar esconderse y tener un bajo perfil, a ver si lo logra, porque que ahora sí empezarán a tirarle obuses sus rivales.

En el caso de José Antonio Meade, su objetivo fue ser aceptado por la militancia priísta, que logrará su cobijo, aunque con esto tuvo un gran peso que le impidió despegar, ha tenido que cargar los casos de corrupción de gobernadores y funcionarios tricolores, y ha pagado con varios puntos de las encuestas. Eso seguramente cambiará en la siguiente etapa, pues deberá dedicarse a presentar propuestas a los problemas del país, que de eso sabe y también marcar una sana distancia con el gobierno actual, para así mostrarse como alguien independiente y que no es el candidato de la continuidad, un reto difícil, pero necesario. También se lanzará a dar su resto para alcanzar a los de arriba, atacará al abanderado de Morena y también al panista.

Ricardo Anaya buscó ubicarse sólo en el segundo lugar de las encuestas, a una buena distancia del tercer lugar, para que no hubiera dudas, por eso se centró en atacar al candidato tricolor más qué al puntero y lo logró, ahora desde la posición que tiene debe lanzarse a tratar de alcanzar al candidato de Morena, posiblemente lo haga con algunas propuestas populistas y una crítica constante al “Peje” para hacerlo perder los estribos. Cuenta con lograr llevarse el voto útil al llegar el día de la elección, el voto “antipeje”, de todos los que no quieren que gane Morena y aunque sean priístas prefieran que gane el queretano. Seguramente cuando inicien las campañas, Margarita Zavala será una piedra en el zapato que lo estará atacando constantemente y tratando de hacerlo caer en las provocaciones, lo que posiblemente le cueste algunos puntos si no se la sacude desde el inicio.

De los tres candidatos independientes, ninguno parece que logrará acercarse, pelearan un 10 al 15% que se repartirán entre ellos, buscarán cualquier oportunidad para tratar de lucir y que los tomen en cuenta, ese será el peligro de ellos, que es muy complicado llegar a la punta, pero si pueden hacer que se tropiece alguno de los de arriba.

Por otra parte, no cabe duda que la forma es fondo en política, se subió a redes una foto donde aparecen dos de los priístas relegados de las candidaturas Hugo Cabrera y Mauricio Ortiz Proal con el candidato de Morena a la presidencia municipal de la capital Adolfo Ríos,  y se armó un mar de especulaciones, que si se iban a cambiar de partido, la realidad es que simplemente se encontraron en un restaurante y los priístas le pidieron tomarse la foto y la subieron, seguramente disfrutaron las consecuencias y el ruido que se hizo, así es la política.

Todo listo para que se definan las candidaturas del PAN, y se palomeen las listas propuestas al comité nacional del blanquiazul. Entre hoy y el próximo miércoles deben quedar todas, se confirmará, como se menciona, que Luis Bernardo Nava será el abanderado blanquiazul a la capital y el actual edil, Marcos Aguilar,  irá a una diputación federal plurinominal, aunque no tenga los 55 años como lo comentó, por eso “nunca hay que decir nunca”.

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