Para nadie fue sorpresa cuando Andrés Manuel publicó, en 2013, en su twitter: “Sin carga ideológica. Es innegable que Chávez tuvo el arrojo de hacer historia y siempre contó con la mayoría de su pueblo. Eso enaltece”. La aprobación y la admiración que AMLO siente por las ideas de personajes como Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Evo Morales y Fidel Castro siempre han permeado en su actuar y en la ideología de Morena.

Por ello el mutis de este partido tras las fraudulentas elecciones de Venezuela confirma las intenciones que tiene el “mesías tropical” por copiar el modelo de la Revolución Bolivariana que tiene a Venezuela en la peor crisis de su historia.

Mas de 50 países, incluyendo México, han condenado un proceso electoral que evidentemente fue un fraude ante algunas condiciones heredadas del régimen chavista, como la fabricación de votos virtuales, represión de opositores y la ausencia de votantes ante el descrédito del gobierno. Los traductores, voceros y asesores de AMLO no encuentran cómo justificar la simpatía y la relación que se ha sostenido por varios años, con la visita de personajes como Yeidckol Polevnsky, Gerardo Fernández Noroña y Héctor Díaz Polanco a foros, seminarios y diálogos en Venezuela a favor del régimen bolivariano.

El silencio de Morena al atropello de los derechos humanos de los venezolanos es un foco rojo para todos los mexicanos. López quiere imponer un desarrollo estabilizador, cerrar las fronteras comerciales y apostar por un proyecto en el que la mejor política exterior sea la interior.

No deberíamos votar con el hígado y el enojo, pues como escribió recientemente Pablo Hiriart: si queremos evitar el desastre y suicidio que representa las políticas de AMLO, similares a las del régimen de Venezuela, tenemos que hacerlo con la razón, apostándole a las ideas de avance y desarrollo económico. México no es perfecto; sin embargo, la calidad de vida y condiciones de nuestro país son mejores que las de otros, y con un buen Presidente puede mejorar lo que hemos edificado.

Estas elecciones nos presentan dos proyectos: uno representado por AMLO, de retraso, intolerancia y pacto con la delincuencia, y otro de desarrollo y avance con Pepe Meade. Pensemos en nuestras familias y en nuestro futuro al acudir a las urnas. No caigamos en una trampa como la de los venezolanos con Hugo Chávez. No caigamos en la trampa de Morena.

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