Un miembro del gabinete del presidente Enrique Peña Nieto confirmó “en corto” el rumor que en las últimas horas corre como reguero de pólvora desde los corrillos políticos de la capital hasta la reunión anual de los banqueros en Acapulco: “la próxima semana viene un nuevo golpe demoledor para Ricardo Anaya; es de tal nivel lo que se va a conocer que las acusaciones que le han hecho hasta ahora serán cosa de niños”. El comentario de ese secretario de Estado no dio más detalles de qué es lo que saldrá en contra del candidato presidencial del Frente ni si el origen de esa “bomba” sería nuevamente el gobierno de Peña Nieto, el PRI o su brazo político que es la PGR, pero se limitó a decir: “es algo más grande y delicado que lo conocido hasta ahora y puede ser letal para el panista”.

Esa versión, escuchada de primera mano del funcionario peñista, podría estar relacionada con los comentarios que ayer la columna Bajo Reserva de EL UNIVERSAL, recogía desde la Convención Bancaria, en donde se hablaba, entre banqueros, funcionarios y analistas asistentes a ese evento, de una investigación procedente del gobierno de Estados Unidos sobre las cuentas que Anaya tiene en bancos de aquel país, derivada de un seguimiento que le habrían hecho las autoridades estadounidenses tras sus frecuentes viajes a Atlanta, donde residieron por un tiempo su esposa y sus hijos. Y si eso se confirma, no sólo sería una auténtica “bomba” para el abanderado de la coalición opositora de Por México al Frente, sino que se prestaría también a suspicacias de si eso no fue parte de los acuerdos que se hicieron en la reciente visita de Jared Kushner, el yerno de Donald Trump a Los Pinos, donde se reunió en privado con el presidente Peña Nieto. ¿Sería una forma de ayudar al gobierno mexicano desde Washington en su cruzada jurídico-política contra el incómodo opositor Anaya?

Porque algo muy “urgente” y muy importante políticamente tuvo que motivar el viaje relámpago del yerno de Trump a México y su negociación privada con Peña y con su amigo el canciller Luis Videgaray, artífice de esta visita y traductor oficial y oficioso del presidente en ese tipo de encuentros. Es claro que si algo surge desde EU en contra de Anaya, tendría que ser producto de una petición de Videgaray a sus amigos de la Casa Blanca. Porque además, de confirmarse la existencia de una investigación de agencias estadounidenses a las cuentas del candidato frentista, esto se daría a conocer justo unos días antes de la visita que Ricardo Anaya tiene programada a Washington para el 19 de marzo a invitación del Woodrow Wilson Center´s Mexico Institute y el Interamerican Dialogue, en la que el abanderado opositor dará una conferencia titulada “México 2018: Los desafíos de la modernidad” ¿Sería pura casualidad que coincidieran posibles filtraciones en su contra con su estancia en la capital de EU?

Además, abonando a la idea de un entendimiento Peña-Trump-Videgaray en materia electoral, ya han surgido versiones de que se prepara una gira del candidato oficial, Meade, a territorio de EU, en donde, con apoyo de los amigos del canciller mexicano le organizarían reuniones y encuentros para presentarlo como “el candidato de la estabilidad”.

¿Hubo algún tipo de pacto de apoyo al rezagado candidato del PRI a la Presidencia desde la Casa Blanca? ¿Fue a petición de Peña Nieto o Videgaray, que en su momento apoyaron a Trump en su campaña, y si hay esos acuerdos a cambio de qué se hicieron? Porque es evidente que, en medio de las negociaciones del TLCAN y su reciente anuncio de aranceles al acero y el aluminio, el gobierno estadounidense no daría un apoyo a cambio de nada.

El segundo lugar y el optimismo de Peña. De registrarse un golpe tan fuerte contra Anaya desde EU, el daño a su campaña podría ser letal. Si ya el golpeteo de la PGR y las investigaciones sobre lavado de dinero de su amigo y comprador Manuel Barreiro le han significado un desgastes —bajó dos puntos en febrero según la encuesta de Parametría— con todo y su defensa sobre el “uso político y faccioso” de la justicia, una investigación del gobierno estadounidense que insinuara algún tipo de irregularidad en sus inversiones o cuentas en aquel país, tendría un efecto devastador. De hecho, aún no se sabe bien a bien cuál ha sido el efecto de toda esta estrategia del gobierno federal para desgastar y, eventualmente, bajar del segundo lugar al candidato de Por México al Frente.

Ni siquiera es seguro que, si Anaya pierde puntos en las próximas encuestas, esos puntos necesariamente los vaya a subir el candidato del PRI, Meade Kuribreña, aunque está claro que la apuesta de Peña y su partido es esa: desbarrancar al segundo lugar para que suba su candidato que sigue en el tercer sitio. De hecho, se han propuesto como meta que eso ocurra a más tardar en la última semana de marzo, de tal modo que, según sus cálculos, el abanderado priísta pueda arrancar la campaña formal el 31 de marzo en la segunda posición para desde ahí intentar la confrontación directa con el puntero Andrés Manuel López Obrador, que hoy les lleva entre 18 y 20 puntos de ventaja.

Eso, que hoy parece casi imposible, es algo que al interior del equipo de campaña de Meade y hasta en Los Pinos lo ven como una meta y un “escenario posible”, dando por hecho que logren aniquilar a Anaya. Al mismo Peña Nieto, quienes le han preguntado recientemente cómo está viendo las cosas, les responde en corto con un notorio optimismo: “Vamos a ganar, no lo dudes”. Aunque también hay otras voces internas en el priísmo que son más pesimistas y afirman que cada vez se ve más difícil, sino es que imposible, que su candidato remonte una diferencia tan amplia como la que tiene con el primer lugar en las encuestas.

Tal vez el optimismo de Peña se base en lo que algunas voces empiezan a advertir: la idea de que si logran descarrillar a Ricardo Anaya, el siguiente objetivo sería lanzar el aparato de gobierno, también con investigaciones relacionadas con la polémica Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, en contra de AMLO, sumado al uso de recursos públicos y la utilización abierta de programas sociales en la campaña, como lo hicieron en el Edomex y Coahuila.

Eso significaría, en los hechos, una estrategia que equivale a la advertencia que ayer lanzó el candidato de Morena en la Convención Bancaria: “Si meten las manos, si se atreven a hacer un fraude electoral, yo me voy a Palenque y a ver quién va a amarrar al tigre”. Y sin duda que la correa de ese tigre al que se refiere López Obrador, la tiene sujeta Peña Nieto.

Notas Indiscretas… Interrogados sobre la versión de un “golpe” desde EU por una investigación financiera, en el equipo cercano del candidato Anaya responden: “Estamos tranquilos. Todo es dinero privado. Podrían decir que es mucho o poco, pero nunca que le quitó las quimios a los niños o el dinero para becas educativas”. ¿Será explicación suficiente ante un golpe que venga desde Washington?... De las pasarelas de presidenciables que hubo esta semana, la primera con los ingenieros civiles y la segunda con los banqueros en Acapulco, se pueden concluir varias cosas. Por primera vez los independientes saltaron a la escena ya para contrastarse con los candidatos de partidos. Y un primer balance, según las crónicas de ambos eventos, es que de los tres candidatos sin partido el que más cautivó o dejó buena impresión, tanto entre los banqueros como los ingenieros, fue el guerrerense Armado Ríos Piter. Su discurso suelto y aterrizado y su imagen más fresca, provocó buenos comentarios entre los dos importantes gremios. Mientras que entre los presidenciables de partido, a los tres se les vio en la convención bancaria con más planteamientos políticos que económicos. Meade cuestionando a Anaya por decir que va a “meter a la cárcel” a Peña Nieto, pero reconociendo que sí se necesita cortarle el cordón al Ministerio Público y desligarlo del Presidente de la República para que éste se someta al imperio de la ley y pueda ser enjuiciado; Anaya aprovechando el foro para insistir en su campaña de victimización y decirle a los banqueros que “la PGR es la oficina de campaña del PRI”; y López Obrador, que después de ofrecer pleno respeto al Banco de México y al sistema financiero, no se aguantó y soltó su frase ya dicha antes sobre “el tigre” que soltaría si intentan hacer un fraude electoral en los próximos comicios presidenciales y al que él no se quedaría para amarrar porque ya estaría descansando en su rancho de Palenque. En fin, que siguen en campaña en plena intercampaña… Donde la temperatura y los golpeteos internos están arreciando es en el PRI. La próxima semana se conocerán las listas de plurinominales de ese partido, tanto al Senado como a la Cámara de Diputados. La fecha se adelantó por las disposiciones del INE que anticipó el registro de los candidatos. Hay nombres que se dan por hecho en las listas priístas como el del ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, el de la secretaria general del PRI, Claudia Ruiz Massieu y el del dirigente de la CTM, Carlos Aceves del Olmo. Hay dudas de si estará Gerardo Ruiz Esparza, Rosario Robles u otros integrantes del gabinete. En todo caso, lo que es un hecho es que, si no cambian las tendencias y los números para el PRI y sus candidatos, no serán muchos los priístas que alcancen un escaño en el Senado o una curul de diputados por la vía pluri. Por ejemplo, con porcentajes de votación de 16% a 18% que hoy le dan las encuestas a Meade, apenas entrarían unos 6 pluris al Senado, en razón de uno por cada 3.5 puntos de votación nacional. Ahí sí que los primeros de la lista serían los únicos que llegarían y los últimos se quedarían suspirando por el hueso y el fuero… Los dados cierran con Serpiente. Semana complicada.

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