¿Cuántas veces simplemente no tienes ganas de hacer nada?, este sentir se desarrolla en nosotros por falta de voluntad, es decir, la facultad de decidir y ordenar la propia conducta, también como un acto con que la potencia volitiva admite o rehúye una cosa, queriéndola o repugnándola. En resumen podríamos decir que es una capacidad que nos mueve a realizar diversas cosas de una manera intencionada, pero que pasa cuando simplemente no tenemos voluntad de realizar las cosas, perdemos la motivación y nos impacta en nuestro entorno, en nuestra vida, en nuestra relación de pareja, en casa, en lo social y por supuesto en lo laboral. La voluntad no se pierde solo se esconde. Es nuestro deber no esconderla jamás, muy a pesar de los pesares, y todo lo que repercute en nuestras vidas. La voluntad es el único motor que podemos prender cuando nosotros queramos. Muchas veces nos pasa como en esta reflexión que les comparto, seguramente se sentirán identificados. El vuelo del halcón. Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería, para que los entrenara. Pasados unos meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía qué le sucedía: no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó. El rey mandó llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacer volar al ave, encargó, entonces, la misión a miembros de la Corte, pero nada sucedió. Al día siguiente, por la ventana, el monarca pudo observar que el ave aún continuaba inmóvil. Entonces, decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines. El rey le dijo a su corte, “Traedme al autor de ese milagro”. Su corte rápidamente le presentó a un campesino. El rey le preguntó: - ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago? Intimidado el campesino le dijo al rey: “Fue fácil mi rey. Sólo corte la rama y el halcón voló. Se dio cuenta que tenía alas y emprendió el vuelo”. La voluntad jamás nos abandona. Muchas veces se apaga o esconde pero sigue ahí. En mi punto de vista considero que existen dos maneras de que la voluntad salga a flote desde nuestro propio centro. La primera es por motivación, para realizar los actos y motivación en todos los aspectos. Y la segunda es cuando la voluntad resurge como el halcón, cuando simplemente nos dan un empujoncito o nos orillan a sacarla adelante para emprender el vuelo. ¿Qué esperas para encontrar tu voluntad y emprender el vuelo? Reflexiona y actúa. *Presidente de los Jóvenes de la CANACOPE-CANIRAC Querétaro.

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