Hace algunos días, se sucedió un lamentable acontecimiento, un par de desadaptados y cobardes, agredieron a palazos al comerciante Arturo Rueda, quien se encontraba en la acera de Ezequiel Montes, manifestando su inconformidad ante la obra que lleva a cabo el municipio de la capital, dicha obra pretende darle cirugía mayor a esta emblemática calle del Centro Histórico. No es mi pretensión polemizar acerca de lo conveniente o no de esos trabajos, siempre habrá puntos de vista distintos y en esto, como en muchas otras cosas, las unanimidades son imposibles y hasta inconvenientes.

Lo que me parece inaudito es que, en la polémica que ha generado el tema, se pase por alto lo verdaderamente, grave, condenable a todas luces y claramente descalificable, el hecho de que dos cobardes hayan agredido a alguien, cuyo único pecado era manifestar públicamente su pensar. Esto no podemos permitirlo en Querétaro, estimado lector, lectora. Hoy es Arturo Rueda y mañana será cualquiera de nosotros, por eso debemos darle cauce a un reclamo social genuino, ordenado y respetuoso pero enérgico y vertical, exigiendo a la Fiscalía General del Estado, que actúe rápida y eficazmente, dando con los responsables de esta deleznable acción y aplicándoles una sanción ejemplar.

Me parece incomprensible que diversos actores que se caracterizan por manifestar sus opiniones en diversos asuntos públicos no hayan levantado la voz con la contundencia que suelen hacerlo, habría que reconocer la valentía del gobernador por haberle llamado a las cosas por su nombre y haber conminado al municipio a socializar de manera más exitosa sus obras; ¿qué acaso existe alguien que se atrevería a defender a alguno de estos próceres del agandalle y la sinrazón? ¿Realmente queremos permitir que en Querétaro resolvamos nuestras diferencias de esta manera? ¿A quién beneficia la ley del garrote? Yo creo que son muchas preguntas que las autoridades están obligadas a responder, tanto aquellos que deben investigar como los que, inicialmente, pudieran ser los presuntos responsables.

Muchos políticos consideran que el marco de acción de un gobernante es el universo de lo que la ley permite, es decir el universo de la legalidad pero, qué pasa con la legitimidad. Hasta donde se está dispuesto a imponer una decisión, por qué no dar la cara a los vecinos inconformes y de manera pública defender un proyecto si se tienen argumentos y razones claras. En política, el éxito radica en convencer y no vencer, ahí está más de la mitad de todo. Nosotros seguiremos defendiendo los derechos de los queretanos pues nuestra diversidad es una de nuestras fortalezas.

Apostemos por la comprensión y el diálogo, hagamos política alejados de posiciones autoritarias e imposiciones y con ello, honremos la confianza que han depositado en nosotros, quienes nos dieron el invaluable privilegio de servirles.

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