A órdenes de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de América (EUA), este fin de semana se desarrolló una serie de incursiones ejecutadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza o Customs and Border Protection (CBP, por sus siglas en inglés) cuyo objetivo era detener personas inmigrantes que atravesaran la frontera con México hacia suelo estadounidense. Con motivo del “arranque” de esta nueva medida en su política anti-inmigratoria, el vicepresidente Michael Pence, visitó un par de instalaciones donde su policía fronteriza lleva a los detenidos. Esto nos lleva a preguntarnos dos cosas: ¿existe una crisis migratoria en la frontera común entre México y EUA?, y ¿qué se puede comentar acerca de la visita ya mencionada?

Es curioso que Trump afirme que exista una crisis migratoria en EUA, sobre todo porque ha sido un tema central en su discurso político desde hace tres años. Y es curioso, o mejor dicho inverosímil, porque sus deportaciones (o regresos, como se prefiera nombrar) no se acercan a la cifra alcanzada por su predecesor Barack Obama, quien llegó a más de 5 millones, ni mucho menos a los anteriores presidentes, George W. Bush y Bill Clinton, quienes terminaron su administración con más de 10 y 12 millones, respectivamente.

Entonces, ¿dónde está esta crisis de la que se habla? Las únicas respuestas a esta incógnita son tres: uno, que las cifras de detención de personas inmigrantes sea más alta de la que se expone, lo que sería difícil de creer considerando que el discurso de la presente administración es enfatizar la crisis; dos, que las personas inmigrantes hayan desarrollado novedosas estrategias para cruzar la frontera sin ser capturados, provocando la inexistencia de su registro en la CBP; o bien, tres, que no exista.

Por otra parte, la visita del vicepresidente a dos espacios en el Valle de Río Grande: el Establecimiento de Procesamiento de Donna, y la Estación de Control Fronterizo de McAllen, da una señal muy interesante. En primer lugar, su presencia representa la visita de mayor jerarquía de los funcionarios que han visitado los lugares en la frontera administrados por la CBP. Esto tiene relación con un segundo punto, que trata de un fondeo solicitado al Congreso estadounidense para las labores de la patrulla fronteriza, así como de las diversas actividades que la agencia realiza. ¿Cómo se efectuó esto? Pence visitó Donna y encontró sus facilidades en buenas condiciones, con aire acondicionado y espacios adecuados para las personas, así como buen trato a las personas inmigrantes albergadas ahí. En contraste, en McAllen los espacios estaban sobrepoblados y el sudor dominaba el ambiente, según los reportes. En este estado se basó Pence en recalcar la petición de fondos solicitados al Congreso para atender de mejor manera a las personas inmigrantes.

No obstante, esta visita de Pence es todo un show. ¿Por qué? Él afirma que se busca mejorar las condiciones de los espacios de la CBP para las personas inmigrantes, cuando es bien sabido que la política anti-inmigrante de Trump es feroz y sin miramientos. Aquí podemos recordar la separación de los niños de sus padres indocumentados, que causó graves problemas psicológicos a los infantes. En adición, Cecilia Muñoz, una importante asesora de Obama en política doméstica, señaló que los espacios de la CBP en general rara vez han estado en condiciones propicias para las personas inmigrantes, lo que sugiere que las buenas condiciones de Donna en la visita de Pence fueron un teatro más que una realidad. Además, ¿cómo se pretende hacer creer que su intención es mejorar las condiciones de atención a los inmigrantes si, a diferencia del enfoque de Obama que sólo buscaba deportar a quienes habían cruzado la frontera recientemente, Trump busca deportar a todo inmigrante sin importar si ha estado en EUA una semana o 30 años

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