La vida interna de la universidad autónoma es el reflejo de la vida política y social de su entorno, las notas en torno a la violencia en la UNAM, generada por la comercialización de drogas al interior del recinto, no es más que el espejo de la violencia casi generalizada en varias regiones de nuestro país, de ahí la importancia de poner atención especial a lo que ocurre en las universidades, tomándoles como un laboratorio del síntoma social.

En el comienzo de los trabajos de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Diputados, hacia la discusión de la Ley de Egresos de la Federación del 2019, prendió los focos rojos de la situación financiera que guardan las mayorías de las universidades autónomas de nuestro país, que pintan de cuerpo entero la debacle financiera de las mayorías de las instituciones públicas de nuestro país.

Las dificultades financieras de estas instituciones educativas, responden a las viejas prácticas del despilfarro discrecional que bajo el manto de la autonomía universitaria han aplicado sus autoridades, en la mayoría de casos problemas heredados de administraciones pasadas.

Existe el buen ánimo, de construir un presupuesto con miras a privilegiar la educación, lo que no debe significar un cheque en blanco, por el contrario, deben establecerse límites en la ejecución de los recursos que van dirigidos a organismos autónomos, en el caso del presupuesto para las universidades, estas deberán privilegiar el fortalecimiento académico y la investigación.

Del análisis financiero que presenta la UNAM de enero a septiembre del presente año el 73.94 por ciento de su presupuesto se dedica al pago de nómina, mientras que lo destinado becas es apenas el 1.85 por ciento, de ahí la urgente necesidad de establecer controles a los excesivos sueldos de los altos funcionarios, es público el sueldo que, por ejemplo, gana el Rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas Antonio Guzmán Fernández que asciende a $262,990.00.

Ejemplos que dan razón a la Ley Federal de Remuneraciones de Servicio Públicos, para evitar que ningún funcionario público gane más que el Presidente de la República, la austeridad republicana también deberá impactar a los entes autónomos como las universidades.

La agenda presupuestaria contemplará el rescate financiero de las Universidades siempre que exista el compromiso de asumir el compromiso de la austeridad republicana, bajo principios de transparencia y rendición efectiva de cuentas.

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