Dicen por ahí que construir organizaciones puede llevar toda una vida; el proceso de incubación, el nacimiento, los primeros éxitos y fracasos, los retos permanentes y la gente que va y viene, las personas que se suman y que suman, las empresas, los ejecutivos tanto públicos como de la iniciativa privada que se atreven, que presionan y que empujan a seguir configurando una institución educativa no solo diferente, sino, sobre todo, útil.

Cuando iniciamos -hace más de 13 años- la concepción del modelo educativo, jurídico y de administración de la universidad, nos enfocamos en integrar una institución que tuviera aquellas características que le permitieran ser flexible y con gran capacidad de respuesta. No inventamos el hilo negro -ya que la normatividad existente marcaba el rumbo en realidad-, pero si buscamos matizar, organizacionalmente hablando, la característica “… del como sí” en la institución para poder formar al talento, en las diferentes modalidades y para las diversas sub industrias y clientes que han tocado la puerta desde entonces. Los resultados están a la vista.

En este trayecto, iniciado formalmente el 23 de noviembre de 2007 como institución universitaria, hemos conocido y coincidido con grandes empresas, pero sobre todo con increíbles personas, hombres y mujeres que han dejado huellas profundas en la institución y en la humanidad de muchos de los que integramos la comunidad universitaria. En esta lista se encuentran embajadores, estudiantes, empresarios, padres de familia, fuerzas armadas nacionales y extranjeras, ejecutivos de gobiernos de los estados, diplomáticos, gente con discapacidades, adultos mayores, mandatarios nacionales y extranjeros, niños de primaria, secundaria, jóvenes de bachillerato y autoridades federales, estatales y municipales. Todos han significado mucho a lo largo de más de una década.

Reconocer el aporte de todos los miembros del equipo sería interminable, las muestras de apoyo incondicional de aquellos que me han acompañado por más de una década no tiene nombre; la pasión con que se han desempeñado en cada evento, en cada visita, en cada graduación y sobre todo en el día a día, no tiene descripción y nunca la tendrá, solo su memoria y la mía habrán de contabilizar lo mucho que cada quien ha aportado a una institución que hoy se reconoce como orgullo de México y que es referida dentro y fuera del territorio nacional.

Mi gratitud infinita para todos y cada uno de los que han vivido la Universidad Aeronáutica en Querétaro; para los estudiantes y sus familias que siguen confiando nosotros; para las compañías, con las que día a día construimos la historia del clúster aeronáutico más dinámico de México; para mis compañeros docentes y administrativos con quienes volamos todos los días esta aeronave; gratitud para mis autoridades por su confianza a prueba de todo; para las instituciones, empresas, amigos y amigas que han creído y que han hecho suyo el vuelo de la UNAQ; para los que ya no están con nosotros, pues dieron mucho en su momento; para los que no han creído en nuestro trabajo, lo cual nos permiten ver lo que la tripulación no ve y que nos permite mejorar cada día; gratitud sin duda a mi familia que siempre ha estado ahí y que me impulsa cada mañana a seguir creyendo que todo, absolutamente todo es posible. Para todos, 12 años de gratitud infinita.

Este martes #DesdeCabina, les habla el capitán de la UNAQ, ¡gracias por seguir volando con nosotros!

Rector de la UNAQ / @Jorge_GVR

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