La trata era una palabra utilizada principalmente por los historiadores y las personas interesadas en la historia trágica de la esclavitud; en la historia de las Américas, “la trata” era un capítulo muy importante de la historia económica y social; la dimensión económica, incluso, eclipsaba la social, puesto que de la importación de esclavos africanos dependía la prosperidad del negocio del azúcar, primero, del chocolate, después y finalmente del algodón, sin olvidar la minería.

Hoy en día la palabra ha retomado el sentido de venta y explotación, después de una adquisición violenta, de hombres, mujeres y niños, y la dimensión económica de lo que es un gran negocio, opaca la social con sus trágicas consecuencias. La única diferencia es que la trata de los esclavos africanos fue legal hasta el siglo XIX, y que la presente trata de seres humanos no lo es. Ilegal, pero colosal.

El 9 de junio, en Ginebra, expertos y asociaciones presentaron al Consejo de los Derechos Humanos de la ONU el resultado de sus investigaciones sobre la trata. Cada año, el número de víctimas de tal tráfico aumenta, sin que los Estados tengan, hasta ahora, los medios para luchar contra la plaga; no identifican las víctimas, tampoco saben cómo protegerlas y ayudarlas a regresar a una vida normal, si es que han recuperado su libertad. El caso de los niños es especialmente grave.

El 9 de junio, en Ginebra, los dos relatores especiales, Maud de Boer-Buquicchio y Maria Grazia Giammarinaro, presentaron el resultado de las investigaciones; Maud sobre prostitución y pornografía infantil, Maria Grazia sobre la relación directa entre guerra y trata: “La guerra de Siria me dio la ocasión para establecer esa relación y redactar un informe presentado a fines de 2016 al Consejo de los Derechos Humanos. Trabajé con numerosas ONG, en especial con Caritas y las agencias de la ONU. Por la primera vez, establecimos que la trata se desarrolla cuando hay conflictos”. ¿Cómo midió la trata, si, por definición, es clandestina? “Elaboramos un cuestionario con preguntas muy precisas para los refugiados. Al contestar “sí” a una o varias preguntas, los refugiados manifestaron haberse confrontado a la trata durante su exilio. El porcentaje de respuestas positivas ha sido muy alto. Eso no permite elaborar estadísticas, pero subraya la gravedad del riesgo para los refugiados”.

Según la Corte (francesa) consultiva de los derechos del hombre, “si la explotación sexual es una parte importante de la trata de los seres humanos en Francia, existe también el trabajo forzado en talleres clandestinos y explotaciones agrícolas”. En Europa occidental, casi todas las jóvenes víctimas vienen de Europa del Este. Si bien, en 2014, Francia adoptó un plan trienal de lucha contra la trata, no ha dado muchos resultados. ¡Ojalá y el plan 2017-2020 sea más exitoso! Algo es algo y México debería seguir ese sendero.

Google News