En un informe reciente del PNUD, Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe (2021), se plantea una tesis interesante que puede explicar qué pasa en nuestro país con estas problemáticas. La forma en la que México está atascado en esta ecuación de difícil salida, obedece a tres problemáticas, según el PNUD: a una alta concentración del poder, una explosión de las violencias (criminal, política, social) y fallas graves en los sistemas de protección social y laboral. Aquí podemos ubicar una buena parte de los conflictos de las últimas semanas, meses y años.

1.- Concentración del poder. ¿Qué características necesita la intervención pública para regular a los mercados y a los intereses privados? ¿Qué tan capturado se encuentra el espacio estatal por intereses y grupos de poder fácticos legales e ilegales? Uno de los debates de fondo entre el gobierno de la 4T y los anteriores (neoliberales) tiene que ver con la forma de concebir al Estado. El gobierno de AMLO ha tratado de marcar distancia entre la política y la economía, como una buena propuesta que no ha logrado sacar adelante. Aquí se pueden ubicar los esfuerzos para establecer fronteras entre autoridad y crimen, detener el robo de recursos públicos (corrupción, contratos, huachicol, etc.) y terminar con las condonaciones fiscales a las grandes empresas. Aquí se ubica, por ejemplo, la propuesta de crear una empresa pública para vender gas. Un problema que toca de forma directa a la regulación y pone en cuestión otra vez si el Estado debe hacer empresas o tener buenas reglas y mecanismos de regulación. La 4T trata de establecer un nuevo balance de fuerzas frente a la enorme concentración de poder de los mercados y las empresas que había en México, pero esa batalla está plagada de contradicciones y, hasta la fecha, no hay (quizá ni habrá) ganadores definitivos.

2.- La violencia criminal. Cada día se generan más experiencias de horror. Las historias de lo que sucedió hace unos días en Reynosa, matar civiles inocentes de forma despiadada con el objetivo de “calentar la plaza”; lo que sucede en Aguililla, donde reinan el crimen y la lucha entre cárteles. La ejecución de candidatos en la pasada elección, el aumento de los feminicidios, el campo de exterminio La Bartolina en Tamaulipas, son asesinatos múltiples que a diario derraman sangre en un país cada vez más violento y cruel; un país con una autoridad rebasada frente a la creciente captura territorial de las bandas y los cárteles. El laberinto de la violencia mexicana parece no tener salida en el corto plazo, a pesar de las diferentes estrategias empleadas: desde la “guerra al narco”, la militarización y la Guardia Nacional, hasta “abrazos, no balazos” y la atención a los jóvenes. Es una trampa: mayor desigualdad estimula más violencia, y más violencia genera más desigualdad. América Latina y el Caribe es la región más violenta del mundo, dice el PNUD.

3.- La protección social. México es un país en donde la desigualdad se inicia con una desnutrida redistribución de la riqueza que genera el sistema fiscal. La distancia que hay antes y después de impuestos, según el índice de Gini, es muy pequeña si la comparamos con países como Argentina en la región o con Europa. Ese origen, sumado a un mercado laboral completamente segmentado entre una mayoría informal y una minoría formal, producen condiciones propicias para una gran desigualdad en el país. En ese contexto se pueden entender las graves consecuencias que ha dejado la pandemia en el país y no se entienden los escasos apoyos económicos que destinó el gobierno a programas de emergencia, los cuales se calculan en 0.7% del PIB, uno de los más bajos del G20, según estimó el FMI. Entre los riesgos hay amplios grupos de la población que no están cubiertos, porque el enfoque universal solo se aplica al programa para adultos mayores. Con el actual esquema fiscal, la desigualdad seguirá instalada en el país.

Sin duda, uno de los retos más importantes para el presente y el futuro inmediato del país es salir de la trampa de desigualdad y bajo crecimiento en el que estamos atrapados…

Investigador del CIESAS.
@AzizNassif

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