Lo que es el destino: el miércoles, José Antonio Meade se encontró con Ricardo Monreal en el aeropuerto de Tampico. Las cámaras los sorprendieron sentados en la sala de espera del aeropuerto tamaulipeco. Ambos platicaban y sonreían, ignorando sus diferencias políticas. Minutos antes, el coordinador territorial y uno de los hombres más cercanos a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) había publicado un video en YouTube en el que reveló una supuesta reunión de empresarios con el presidente Enrique Peña Nietopara pedirle la declinación de su candidato en favor de Ricardo Anaya.

Meade dijo a los reporteros que sólo hablaron de temas familiares, porque “lo cortés no quita lo valiente”. Así que desaprovechó la oportunidad para preguntar a Monreal acerca del tono y las razones esgrimidas por los empresarios que pidieron al presidente sacrificarlo por Ricardo Anaya.

El argumento de fondo, sin embargo, es uno solo: el temor a López Obrador y la fuerza con la que podría llegar al Poder Ejecutivo y Legislativo. Esto explica el porqué los hombres y mujeres de negocios le voltearon bandera a “su candidato” ante lo mediocre que ha resultado su campaña.

La polarización social se trasladó al ámbito empresarial. Los inversionistas que sienten amenazado su patrimonio no han tenido reparo en pedir, mediante cartas, videos o reuniones presenciales, a sus empleados a “razonar su voto” en clara referencia a la presunta amenaza que representa Andrés Manuel López Obrador. El dueño de Peñoles y El Palacio de Hierro, Alberto Baillères, ha sido el más enérgico, pues llamó a sus trabajadores a no votar por AMLO, sino por el candidato que tengan mayores posibilidades de vencerlo.

La reunión del pasado 17 de mayo en Los Pinos, que según Monreal la encabezó Alejandro Ramírez, presidente del Consejo Mexicano de Negocios, y Claudio X. González, el villano favorito de AMLO, fue una más de las acciones desesperadas de los multimillonarios mexicanos para evitar un cambio del modelo económico. No obstante, se toparon con pared: el presidente Peña les dijo que la declinación de su candidato es imposible y que mejor deberían apoyarlo.

Así pues, el país se encamina a lo que podría ser una tormenta perfecta para la economía nacional y los mercados financieros. El temor por el probable triunfo de AMLO presionará cada vez más el tipo de cambio. La salida de capitales observada en el primer trimestre del 2018, de casi 8 mil millones de dólares, aumentará en el segundo cuarto del año según previsiones de los analistas. Esto se suma a lo que parece el inicio de una guerra comercial entre México y Estados Unidos por la imposición de aranceles al acero y al aluminio y al impasse en el que quedaron las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

La administración de Donald Trump ve debilidades en el gobierno mexicano, que lucha con sus propios demonios. Primero, las posiciones encontradas de dos de sus negociadores: Ildefonso Guajardo y Luis Videgaray respecto de sus posturas en torno a la negociación del TLCAN y luego la división social y el enfrentamiento de empresarios con el candidato puntero.

No hay peor escenario para México que tener una sociedad dividida y un empresariado en pie de guerra contra el presidente electo en medio de una guerra comercial, mientras todos somos testigos de cómo el peso se devalúa frente al dólar, la Bolsa Mexicana de Valores se desploma y más capitales salen del país. No es un escenario catastrofista, sino la temida tormenta perfecta que presagiaron analistas y empresarios.

La iniciativa privada está dividida y amenaza con tomar medidas drásticas como cancelar proyectos o recortar empleos. No todos los grandes empresarios están en contra de AMLO, aunque tampoco confían plenamente en él. Quienes está más preocupados por el posible cambio de régimen son quienes el candidato de la alianza Morena-PT-PES considera parte de la “mafia del poder”. Los que tienen concesiones mineras, como Germán Larrea (Grupo México) y Alberto Baillères (Peñoles). Los que han ganado contratos con Pemex y los persigue el estigma de la corrupción, como Odebrecht, Braskem Idesa y Grupo Higa. Y quienes han hecho negocios cuestionables con funcionarios públicos, como es el caso de Alonso Ancira, dueño de la siderúrgica AHMSA.

México está en la antesala de la tormenta perfecta, si todo se mantiene como hasta ahora.

Las escapadas del canciller. Muchos vuelos a Estados Unidos ha hecho Luis Videgaray desde que se convirtió en canciller, en enero del 2017. Varios de ellos, de los que poco o nada se sabe. ¿Con quién se reunió, cuál fue el motivo del viaje o cuáles fueron los resultados? Esas preguntas se hacen funcionarios dentro de la propia Secretaría de Relaciones Exteriores. Las fuentes aseguran que pronto se conocerán la bitácoras de algunos vuelos realizados en aviones del Estado Mayor Presidencial en los que Videgaray y otros funcionarios mexicanos viajaron a Estados Unidos. Lo curioso es que, dicen, el canciller se daba sus escapadas en las aeronaves. Su destino favorito: Boston, Massachusetts.

Twitter: @MarioMal Correo: 

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