Gobernar la capital queretana ha sido en mi carrera política, una de las experiencias más gratificantes en todos los sentidos; desde siempre me he preparado concienzudamente para  desplegar un trabajo político profesional, a la altura de quienes me han brindado su confianza.

No obstante, la tarea de gobernar implica llevar al ser humano a límites que sobrepasan sus propias capacidades y desde luego que ha quienes hemos tenido éste privilegio, permanentemente nos queda la sensación de haber podido hacer algo más o de haber podido hacer mejor las cosas, empero, lo más importante siempre será hacer y no únicamente permitirse “nadar de muertito” para brindarse la oportunidad de permanecer en la política como un activo que puede ser votado en cada proceso electoral.

La tarea de gobernar nos permite mostrar las capacidades que cada uno decimos poseer para mostrar que somos los idóneos para tener en las manos la enorme responsabilidad de administrar los temas de la ciudad y hay algo particularmente fundamental que se requiere a la hora de gobernar y no es otra cosa, que tener la propia capacidad para tomar decisiones.

De sobra está decir que las decisiones que cualquier político o gobernante tome, dejarán satisfechos a algunos segmentos de la sociedad e insatisfechos a otros tantos, pero así es esta tarea.
Gobernar entonces, implica decidir, y para tomar decisiones se dispone de los elementos que se tienen a la mano, políticos, técnicos, económicos y sociales de todo tipo.

Conciliar todo este cuerpo de cosas, le agrega un grado de complejidad al asunto que convierte las tareas de gobierno, en algo más que un reto y entonces aquí la mayor significación proviene precisamente de no rehuir la atención de aquellos temas que precisamente podrían atentar contra aquello que los políticos tradicionales cuidan tanto y que denominan como “capital político”, es decir, aquel caudal de buenas opiniones que le pueden permitir a cualquier político mantenerse vigente y poder seguir siendo votado.

En una ciudad tan boyante como Querétaro, hay temas que han requerido acciones inmediatas y temas que van surgiendo a la par del crecimiento y prosperidad que ha observado nuestra entidad que, por su naturaleza, también exigen atención y medidas inminentes, en volver compatibles toda esa serie de acciones que deben de provenir del gobierno, es en donde gobernar se convierte entonces en un arte, el arte de hacer bien las cosas públicas, los temas que atañen y preocupan a la gente.

Seguridad, movilidad y los servicios elementales que requiere la ciudad para ser funcional, son los temas que concentraron mi atención en la oportunidad que la gente me brindó para gobernar. Tratar de volver compatible todas las acciones emprendidas, fue algo que en más de algún momento pareció sobrepasar mi propia suficiencia, no obstante, nadie podrá cuestionar que en mis propósitos estuvo siempre la intención de hacer lo mejor para la ciudad y su gente.

A un año de distancia de la primer ocasión en la que debí de pedir licencia al Ayuntamiento de la ciudad, muchos son los temas que aún me provocan a la reflexión y en próximas entregas, he de permitirme la oportunidad de abundar sobre algunos de los asuntos que mantienen su vigencia justamente porque se trata de temas que mantienen su actualidad a la par del desarrollo y evolución de nuestra ciudad, su sociedad y su gente, pero esos insisto, ya serán tema de próximas colaboraciones.


Diputado federal por Querétaro

Google News