La Sierra Gorda de Querétaro vive la crisis de falta de agua más fuerte en los últimos años. La presa de Jalpan de Serra, que es la principal fuente de abastecimiento en la región serrana presenta el nivel más bajo desde que fue construida en los años setenta.

Campesinos reportan pérdidas irreparables en sus siembras; conozco a innumerables ejidatarios, que producen frijol, maíz, garbanzo, chiles, alverjón, entre otros, que almacenan durante meses, básicamente para consumo familiar. Este año es desolador, terminó septiembre y no ha llovido como en otros años. Don Juan Martínez, es ejidatario de toda la vida, siembra frijol y su mirada refleja la tristeza: “Este año si está triste oiga, ¡mire nomas!, mi siembra no funcionó. La presa presenta un abastecimiento muy por debajo de su nivel, tiene que llover fuerte en los siguientes 30 días, para que se recupere, para que se salve”.

Cabe mencionar que los apoyos federales al campo, se entregaron tarde, ya que no fueron repartidos por medio de organizaciones políticas o sociales y por la misma geografía de la región, el productor sufrió las consecuencias; esta experiencia debe de adecuarse de mejor manera en los primeros meses del año, la medida de entregarlos directamente a los campesinos es buena, pero tiene que perfeccionarse y también no caer en el partidismo, sino volverá a ser lo mismo.

Guardo el recuerdo de mi abuelita, que en su casa tenía siempre maíz, se usaba prácticamente para todo el año, de ahí las tortillas, el chile, el café, nunca faltaban y aunque pareciera que esto ya no existe en la sierra, un gran porcentaje de la población continúa viviendo de esta manera, máxime ante el número de migrantes deportados y los candados para trabajar en Estados Unidos.

Los  gobiernos en todos sus niveles, tienen que voltear su mirada ante este panorama, sus políticas públicas tienen que implementarse en la materia de abastecimiento de agua y sobre todo que a la presa de Jalpan de Serra, le queda una vida útil de 20 años aproximadamente; más allá de un tema de extinción o término de un ciclo, se tiene que revisar el tema, ya que cada gobierno ha expresado su “supuesta solidaridad” pero es “una papa caliente” que nadie se quiere comer.

Esta temporada ha sido gris para nuestros productores serranos; si no se toman decisiones por parte de las autoridades, se podría avecinar una crisis económica y social, todavía queda tiempo para recomponer esta situación; ya que una cosa es decir que “todo está bien”, cuando se expresa desde el escritorio y otra cuando se convive con el pueblo, cuando se visita las rancherías y se escuchan las expresiones de nuestra gente, que dice la verdad y a quien yo veo en la desolación y hasta en la desesperación. “Que sirvan estas líneas para el que quiera ver y no hacerse el ciego”.

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