Con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador el debate sobre si éramos o no una democracia ha pasado un segundo plano. La izquierda, que durante tantos años se sintió relegada y maltratada, ahora tendrá la posibilidad de desplegar sus tesis políticas y transformar las instituciones. Peña Nieto había anunciado en campaña que las retiraría. Ahora termina su sexenio con las fuerzas desplegadas. AMLO a 100 días de asumir el cargo, anuncia que seguirán desplegadas hasta nuevo aviso.

No es deseable que las fuerzas armadas hagan esa labor, pero es tranquilizador que el presidente electo haga este anuncio, ya que la argumentación de los legisladores de su partido para criticar la Ley de Seguridad Interior y el despliegue militar de los últimos sexenios fue insultante. Ahora la pregunta es la misma: ¿por cuánto tiempo estarán desplegadas y cómo saldrán el propio y la armada de esos temas?

No es verdad que los militares y marinos quisieran ocupar indebidamente funciones que la Constitución les impedía. Se llegó a sugerir (Bartlet) que estaban desplegadas por una orden del Comando Norte. El articulo 89 facultó a Calderón a desplegarlas, lo hizo EPN y ahora lo hará AMLO. Lo importante ahora es que todas las fuerzas políticas asuman una responsabilidad para edificar instituciones policiacas, capacidades institucionales y dejar de lucrar con el tema. Celebro que, ante una nada fácil marcha atrás en el planteamiento de la guardia nacional y el reconocimiento de la importancia de las Fuerzas Armadas, hoy se genere un ánimo republicano de cooperar. La izquierda ya no podrá actuar como ONG. Cuando el presidente pide este esfuerzo a las Fuerzas Armadas tendrá que reconocer que es su comandante y uno más de ellos. Espero que eso lleve a sus partidarios a reconocer que las fuerzas armadas son leales al titular de la institución y que esa lealtad se les debe reconocer apoyándolos con una legislación que los proteja y no los convierta en blanco fácil de críticas interesadas o francamente sesgadas.

Si les pide un esfuerzo de suplir las policías los deberá proveer de sueldos decorosos y equipo necesario. Estoy seguro que con el tiempo esta enorme desconfianza que ha llevado a AMLO a disolver el Estado Mayor irá generando una colaboración. Este país debe dotarse de leyes e instituciones que permitan regresar a la normalidad constitucional en materia de seguridad pública, interior y nacional.

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