Massimo Modonesi es un académico italiano radicado en México desde hace más de 20 años. La actividad ideológica de Modonesi dentro del contexto académico no tendría nada de especial en un país como México, abierto al mundo, que vive en un modelo democrático, a no ser por su nivel de influencia en el actual círculo del poder.

El presidente López Obrador ¿estará consciente de las implicaciones que tiene dejar al segmento radical de su partido operar una ruptura que ponga en riesgo la gobernabilidad del país?

La investigación realizada por el portal periodístico Código Magenta sobre la actividad de Modonesi, abre una brecha para explorar este interés que hoy existe por dividirnos a los mexicanos y estimular los rencores. Modonesi parece ser el guía espiritual del sector radical de Morena y una muy cercana influencia ideológica para la nueva tesorera de la Federación, Elvira Concheiro, una académica especializada en sociología que de modo sorprendente adquirió el cargo estratégico que debiese estar en manos de un financiero experimentado, pues va a tener la responsabilidad de administrar todo el dinero del gobierno federal.

A Modonesi se le atribuye la visión de que el Covid representa una oportunidad política para la 4T, lo cual fue expresado por el presidente López Obrador al inicio de la pandemia, cuando declaró que esta “le venía como anillo al dedo”. Quizá a partir de entender las ideas revolucionarias de Modonesi cobra sentido la llegada de Elvira Concheiro a la tesorería de la Federación, lo cual simboliza el arribo de los radicales a los puestos estratégicos del gobierno federal en sustitución de los moderados que ayudaron al presidente a consolidarse en sus dos primeros años de gobierno.

El asesinato del exgobernador de Jalisco Aristóteles Sandoval nos recuerda que el contexto nacional no es apto para experimentos utópicos de corte social y político, pues hoy existe un jugador que podría capitalizar los resentimientos y rencores de un amplio segmento de la población y este es la delincuencia organizada, que cuenta con una amplia base social que le apoya, pues por sus orígenes sociales el pueblo conecta más con quienes han optado por la vida delictiva como un medio de superar la pobreza, que con los rebuscamientos ideológicos  de una trasnochada izquierda que responde al contexto de la lucha de clases de la primera mitad del siglo XX y no a nuestra realidad cotidiana actual. Hoy no son tiempos de utopías, sino de respuestas prácticas e inmediatas, alejadas de ideologías que ya fueron superadas por la misma sociedad.

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