En el transitar de nuestra vida lo único que tenemos seguro es la muerte, suena fuerte pero es una realidad, hace muchos años lamentablemente tuve que encontrarme con una serie de eventos de esta naturaleza y de golpe tíos, abuelos y papa se fueron en menos de 6 meses, los últimos en menos de 20 días cuanto todo parecía indicar que llevaría una vida normal como la que todos pretendemos, mi familia se vio devastada con tales acontecimientos y ahí es cuando nos pusimos a prueba, codo a codo y hombro con hombro,  no puedo hablar por todos ellos, debido a que cada uno tenía su propio duelo interno.

Súbitamente te cambia todo tu entorno, tus planes, los ideales que tenían tanto a nivel personal como en conjunto debido a que es un ser querido y lo que deseas es compartir tus logros, pues bien quizás no esté facultado para tocar este tema simplemente les puedo decir que soy un ejemplo de una varias pérdidas que marcaron mi vida y les quiero compartir mi experiencia.

Cuando murieron mis seres queridos recuerdo gran cantidad de gente en estos velorios, a los cuales desde luego les agradezco su presencia, debido a que nos hicieron nuestra pena si no más ligera si más llevadera, palabras iban y venían en torno a los hechos el ¿Cómo había sucedido?, en los pasillos de las salas fúnebres se escuchaban las oraciones, a las afueras se murmuraban sin fin de cosas desde las personas que iban a darnos el apoyo, hasta los chistes de las personas que no saben reaccionar ante estos hechos o que simplemente desean romper el hielo sin ofender.

Me llamaba mucho la atención que las personas se acercaban y  nos decían       -nuestro más sincero pésame-, el cual se agradece y siempre se considera sincero,  algunas otras al no saber que más decir te ofrecían su  apoyo en lo que se te ofrezca, creo que es ahí donde simplemente comprendí que no puedes dar una palabra de tal fuerza ante un hecho como este, porque de primera mano no se ofrece pero después si y súbitamente pareciera regla general esas palabras se quedan volando  y cuando uno más las necesita se llega a perder por el tiempo el nexo que unía con fuerza aquel dicho, sin dejar de lado que también no tendrían por qué hacerlo.

El dolor es a fuerza, el sufrimiento es opcional, fueron las palabras de mi madre ante tales hechos, y es verdad, todos los que han perdido a un ser querido sabemos lo difícil que es no importa la circunstancia en la que se dé,  te duele porque te duele, nos duele más  que planeamos con ellos a  futuro e idealizamos nuestro diario vivir con ellos, sin darnos cuenta que debemos de disfrutarlos ahora en nuestro presente, el pasado no lo podemos cambiar, el futuro es incierto y el “hoy” es un regalo por eso le llaman “Presente”, así que debemos de disfrutarlo al máximo, disfrutemos a nuestros seres queridos en vida, recordemos a nuestros seres queridos que ya partieron, vamos a ocuparnos de nosotros y a dirigir nuestros pasos por esta vida como si cada día fuese el último.

AMA SIN DEPENDER, ESCUCHA SIN DEFENDER Y HABLA SIN OFENDER

¿Qué tan seguido vives tu presente?

Reflexiona y actúa.

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